El Libro de Hebreos: Contenido y Estructura

INTRODUCCIÓN

A menudo queremos persuadir a las personas para que estén de acuerdo con nosotros. Hay muchas maneras de hacer esto, pero una de las más efectivas es construir sobre aquellas creencias que ya tenemos en común. Y sobre la base de ese terreno común, podemos tratar de convencerlos de otros asuntos. En muchos aspectos, esto es lo que hizo el autor del libro de Hebreos. Le escribió a una iglesia que estaba tentada a buscar seguridad de la persecución regresando a las enseñanzas sostenidas por su comunidad judía local. Por lo tanto, para persuadirlos a permanecer fieles a Cristo, construyó un caso tanto como pudo sobre la base de las creencias que él y su audiencia tenían en común.

Esta es la segunda lección de nuestra serie El libro de Hebreos, y la hemos titulado "Contenido y Estructura". En esta lección, veremos cómo el autor de Hebreos siguió esta estrategia persuasiva para exhortar a su audiencia a renovar su compromiso con Cristo.

Nuestra lección sobre el Contenido y la Estructura de Hebreos se dividirá en dos partes. En primer lugar, veremos el contenido recurrente que aparece en cada división principal del libro. En segundo lugar, exploraremos la estructura retórica de Hebreos: cómo el autor tejió estos elementos recurrentes en presentaciones persuasivas. Veamos primero el contenido recurrente de Hebreos.

CONTENIDO RECURRENTE

En nuestra lección anterior, resumimos el propósito general del libro de Hebreos de ésta manera:

El autor de Hebreos escribió para exhortar a su audiencia a rechazar las enseñanzas judías locales y a permanecer fieles a Jesús.

En este punto de nuestra lección, queremos ver cómo el autor logra su propósito al usar elementos similares una y otra vez.

Una mirada más cercana al contenido recurrente de Hebreos revela que el autor cumplió su propósito general mediante la repetición de tres elementos principales. En primer lugar, llamó la atención sobre el hecho de que la historia había llegado a sus últimos días en Jesús. En segundo lugar, se presentó el apoyo en el Antiguo Testamento para ésta creencia. Y en tercer lugar, le ofreció a su audiencia una serie de exhortaciones a perseverar en su fe cristiana. Comencemos con la creencia del autor de que los últimos días ya habían llegado en Jesús.

Últimos Días en Jesús

Generalmente, cuando los seguidores de Cristo escuchamos la expresión "los últimos días", nuestras mentes se imaginan los acontecimientos que ocurrirían al regreso de Cristo en gloria. Muchos de nosotros pasamos una gran cantidad de tiempo y esfuerzo tratando de entender eventos como la gran tribulación, el rapto, y el milenio. Pero cuando hablamos de los "últimos días" en el libro de Hebreos, tenemos en mente algo que es mucho más amplio a sólo los acontecimientos relacionados con la segunda venida de Cristo.

Los teólogos cristianos a menudo llaman a la enseñanza de la Biblia de los últimos días "escatología". Este término técnico se deriva de la palabra griega eschatos, que significa "último", "final o postrero". Curiosamente, esta terminología del Nuevo Testamento aparece en el Antiguo Testamento tan pronto como se habla de "los postreros días" en Deuteronomio 4 versículo 30. Ahí, Moisés advirtió que Israel se iría al exilio si se revelaba contra Dios. Pero él les aseguró que si se arrepentían "en los postreros días", volverían del exilio para recibir las incomparables bendiciones de Dios. Y los profetas del Antiguo Testamento, también mencionaron eventos asociados con el regreso de Israel del exilio que sucederían "en los postreros días".

No es difícil ver que en Hebreos 1:1 y 2 el autor de Hebreos tuvo la escatología en mente al escribir su libro. Escuchemos lo primero que escribió:

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo (Hebreos 1:1-2).

Observemos cómo estos versículos se refieren a lo que Dios hizo en Cristo como acontecimiento "en estos postreros" o escatológicos "días". ¿Qué quiso decir con esto el autor de Hebreos? ¿Por qué era tan importante para él la escatología?

Desde el comienzo, en el primer versículo del libro de Hebreos, él autor quiere que sepan que Jesús es el cumplimiento de todas las palabras de la profecía que vinieron antes que él. Él dice: "En el pasado Dios habló a los padres por los profetas en muchas ocasiones y de muchas maneras, pero en estos últimos tiempos nos ha hablado por su Hijo" — "o por el Hijo", y eso significa que Jesús es el cumplimiento de todo lo que vino antes que él. Él es la venida del Día del Señor, la entrada del reino, la última palabra que Dios quiere decir en la historia de la humanidad; se encuentra en Jesús. [Dr. K. Erik Thoennes]

Para entender la escatología de Hebreos, tenemos que terminar nuestro camino a través de algunos giros y vueltas de la historia de Israel, cerca del final del Antiguo Testamento y en la época entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. Durante el período monárquico, Israel cayó más y más en rebelión contra Dios. Dios mandó al ejército Asirio para conducir a la mayoría de los israelitas del norte al exilio. Más tarde, Dios envió a los ejércitos de Babilonia a hacer lo mismo a Judá. Ahora bien, alrededor del año 538 a. C., un remanente de Israel y de Judá regresó a la Tierra Prometida, con la esperanza de que Dios derramaría los juicios y bendiciones de los postreros días. Pero el arrepentimiento a gran escala nunca sucedió. Y como resultado, Israel estuvo condenado a sufrir durante cinco siglos bajo la tiranía de los medos y persas, los griegos, y, finalmente, bajo el Imperio Romano.

Durante la época entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, la mayoría de las comunidades judías se sostenían firmemente en la esperanza de que los juicios y las bendiciones finales de Dios de los postreros días llegarían. Esta esperanza era tan importante para ellos que dividieron toda la historia en dos grandes épocas. Se habló de la época en la que vivieron como "esta era", la era de pecado que dio como resultado el fracaso y el exilio de Israel. Y también hablaron de la "era por venir", el momento en que Dios derramaría sus juicios finales sobre sus enemigos y sus gloriosas bendiciones finales sobre su pueblo fiel. Y con base en las profecías del Antiguo Testamento, sabían que Dios enviaría el gran hijo de David, el Mesías, para llevar a cabo la transición de esta era a la era por venir.

Al centrarse en la escatología, el autor de Hebreos construyó sobre una creencia que tenía en común con su audiencia y con la comunidad judía más amplia. Pero, al mismo tiempo, señaló las distinciones teológicas entre los que creían en Jesús y los que no creían en él. Los judíos incrédulos sostenían que el Mesías traería una transición dramática, catastrófica entre esta era y la era por venir.

Pero los seguidores de Cristo sabían que Jesús estaba trayendo los postreros días en tres etapas: la inauguración de su reino mesiánico en su primera venida, la continuación de su reino mesiánico en la historia de la iglesia, y la consumación de su reino mesiánico cuando regrese en gloria. Los autores del Nuevo Testamento describen estas tres eras como "los postreros días" en pasajes como Hechos 2:17 y 2 Pedro 3:3.

Podemos ver la importancia de este tema cuando observamos que el autor de Hebreos usa un lenguaje familiar para "los postreros días" en no menos de seis ocasiones. En Hebreos 2:5, escribió acerca del "mundo venidero", cuando Cristo regresará en gloria. En el 6:5, se refirió a "los poderes del siglo venidero" que muchos en su audiencia habían experimentado. En el 9:11, describió a Cristo como el sumo sacerdote de "los bienes venideros". En el 9:26, se refirió al tiempo del ministerio terrenal de Jesús como "la consumación de los siglos.

En el 10:1, habló de "las bendiciones resultantes del sacrificio de Cristo como" los bienes venideros. "Y en el 13:14, él describió la última esperanza de los seguidores de Cristo como "la ciudad por venir". La frecuencia de estas formas conocidas de referirse a los postreros días nos da una idea de lo importante que era este tema para el propósito del autor.

Ahora que hemos visto cómo el contenido recurrente en Hebreos incluye un enfoque en los últimos días en Jesús, debemos pasar a un segundo elemento que se repite en el libro: El apoyo en el Antiguo Testamento de las opiniones teológicas del autor.

Apoyo en el Antiguo Testamento

Según la mayoría de los cálculos, el libro de Hebreos se refiere a, o hace mención del Antiguo Testamento casi 100 veces. Estas interacciones con las Escrituras del Antiguo Testamento eran tan cruciales para el propósito del autor que aparecen en cada división principal de su libro. Y, por supuesto, no es difícil entender por qué. Para desafiar las enseñanzas de la comunidad judía local, el autor de Hebreos recurrió a un documento común que todos ellos consideraban sagrado: el Antiguo Testamento.

Trasfondos del Antiguo Testamento

Para los propósitos de esta lección veamos cinco formas principales en las que el autor de Hebreos cita repetidas veces el Antiguo Testamento. En primer lugar, llama la atención sobre trasfondos basados en hechos del Antiguo Testamento. En pocas palabras, el autor recuerda algunos detalles históricos de las Escrituras hebreas y citó unas palabras. Después, incorpora los hechos en su presentación de la fe cristiana.

Por ejemplo, en Hebreos 7:2, explicó que el nombre "Melquisedec, Rey de Salem", de Génesis 14:18, significa "Rey de justicia" y "Rey de paz". "Estos trasfondos basados en hechos enriquecieron su comparación entre Jesús y Melquisedec.

Como otro ejemplo, en Hebreos 12:20 y 21, el autor observó el temor al Monte Sinaí de Israel registrado en Éxodo 19:12 y 13 y Deuteronomio 9:19. A continuación, él contrastó el temor de Israel con la alegría de Jerusalén la celestial para los seguidores de Cristo.

Perspectivas Teológicas

En segundo lugar, el autor también señaló la permanencia de las perspectivas teológicas establecidas en el Antiguo Testamento, las cuales todavía eran verdad en sus días.

En estos casos, en vez de señalar hechos históricos simples, el autor se centró en las creencias teológicas afirmadas por las Escrituras hebreas – creencias acerca de Dios mismo y otros asuntos, en estrecha relación con Dios, por ejemplo, en Hebreos 1:5, el autor hace referencia a 2 Samuel 7:14 — o su paralelo en 1 Crónicas 17:13. Aquí, Dios declaró que todos los reyes de la dinastía de David serían llamados "hijos" de Dios desde la época de David en adelante.

En Hebreos 1:7, el autor citó Salmos 104:4, donde los ángeles fueron descritos como ministros.

En Hebreos 2:6 al 8, citó Salmos 8:4 al 6. Argumentó que Dios había ordenado a los seres humanos a ser menores que los ángeles sólo hasta el final, cuando la humanidad, no los ángeles, gobernarán con Cristo sobre toda la creación.

Hebreos 2:13 hizo referencia a Isaías 8:17 y 18. Estos versículos demuestran que las bendiciones de la vindicación de Dios serán compartidas entre los miembros de la familia humana de Abraham, y no entre los ángeles.

En Hebreos 6:13 y 14, el autor citó la promesa de Dios a Abraham de Génesis 22:17. Aquí Dios estableció que la promesa a Abraham era permanente, que se extendía incluso a los tiempos del Nuevo Testamento.

En Hebreos 12:29, el autor citó Deuteronomio 4:24 y describió a Dios como un fuego consumidor. Lo hizo para fortalecer su enseñanza de que Dios todavía era un fuego consumidor en Cristo.

Ejemplos similares aparecen en Hebreos 4:4 al 7; 8:5; 9:20; 10:30 y 31, 10:38, y en el 13:5. En todos estos pasajes, el autor de Hebreos insiste en que ciertas perspectivas teológicas establecidas en el Antiguo Testamento continuaron siendo ciertas en la época del Nuevo Testamento.

El autor de Hebreos insiste en que Jesús es superior al Antiguo Testamento, sin embargo, en ningún momento el autor de Hebreos minimiza el Antiguo Testamento o insiste en que está pasado de moda o que fácilmente podríamos saltarlo; o que no necesitamos leerlo más; ya que tenemos a Jesús. No hay indicio de ello en ningún lugar. En todas partes, el autor de Hebreos trata al Antiguo Testamento con inmaculado respeto; él entiende que es la Palabra de Dios. Y más importante aún, es el Antiguo Testamento el que establece todas las categorías que dan razón de quién es Jesús. Jesús es un sumo sacerdote. ¿Qué es un sumo sacerdote? Algo que se estableció en el Antiguo Testamento: Es quien ofrece un cierto sacrificio. ¿Qué significa la sangre? ¿Qué significa el Lugar Santísimo del tabernáculo? En Hebreos, es el tabernáculo celestial, pero ya había sido establecido como una categoría por el tabernáculo terrenal y luego el templo de Salomón. Así que muchas de las categorías, incluso a nivel de comportamiento personal, son establecidas por el sello distintivo de la fe del Antiguo Testamento. Por ejemplo, Hebreos 11, o el mal ejemplo de los que cayeron en el desierto al final de Hebreos 3. Todo eso es esbozado desde el Antiguo Testamento. [Dr. D.A. Carson]

Obligaciones Morales

En tercer lugar, el autor de Hebreos también observó obligaciones morales permanentes.

En estos casos, el autor señaló que Dios había puesto ciertos requisitos morales para su pueblo en los tiempos del Antiguo Testamento. Y estas obligaciones debían permanecer como estándares para el pueblo de Dios en la época del Nuevo Testamento.

Por ejemplo, en Hebreos 3:7 a 15, indicó que Salmos 95:7 al 11 le enseñó a Israel a no rebelarse en contra Dios.

Hebreos 12:5 y 6 demostró que Proverbios 3:11 y 12 instó a Israel a no desanimarse cuando Dios los disciplinaba.

Hebreos 12:13 dio instrucciones a su audiencia a seguir Proverbios 4:26 y adherirse al camino de la rectitud y en Hebreos 13:6, citando Salmos 118:6 y 7, el autor instó a su audiencia a confesar su confianza en Dios.

Todas estas referencias señalaron que las obligaciones morales del Antiguo Testamento siguen estando vigentes para los seguidores de Cristo.

Predicciones Escatológicas

En cuarto lugar, el autor cita un número de predicciones escatológicas del Antiguo Testamento.

En muchos pasajes, los autores del Antiguo Testamento hacen predicciones sobre los "últimos días". Ellos escribieron acerca de lo que Dios haría cuando el exilio de Israel llegara a su fin y el victorioso reino de Dios se extendiera a todo el mundo. El autor de Hebreos usa varias predicciones escatológicas del Antiguo Testamento para demostrar que los juicios y bendiciones finales de Dios se cumplirían en Cristo.

Por ejemplo, Hebreos 1:6 destacó Deuteronomio 32:43, como fue traducido en la Septuaginta, la traducción griega del Antiguo Testamento. Este versículo dice que los ángeles se inclinarán en humilde adoración cuando Dios tenga su victoria final sobre todos sus enemigos.

De manera similar, en Hebreos 1:10 al 12, el autor citó Salmos 102:25 al 27. Este pasaje predice que el actual pacto de la creación, en el que los ángeles son honrados en gran medida, será destruido al final de la historia.

Hebreos 1:13 cita el Salmos 110:1 que muestra como la predicción de David acerca de la soberanía universal de su gran Hijo exalta al Mesías por encima de los ángeles.

En Hebreos 5:6 y el 7:17, el autor hizo referencia a Salmos 110:4. Él insistió en la predicción de que el gran Hijo de David no obtendría su sacerdocio real por sí mismo, sino que lo recibiría de Dios.

En Hebreos 8:8 al 12, el autor hace referencia a Jeremías 31:31 al 34. Estos versículos predijeron que, después del exilio de Israel, el nuevo pacto superaría el problema del fracaso humano en el pacto de Dios con Moisés.

Hebreos 10:16 y 17 hizo referencia a Jeremías 31 nuevamente para mostrar cómo el nuevo pacto en Cristo elimina la necesidad de más sacrificios.

El autor de Hebreos hizo un llamado a predicciones similares sobre los postreros días, o la era escatológica, en Hebreos 7:21; 10:37 y 12:26.

Ideales Dinásticos

En quinto lugar, el autor hace referencia a una serie de ideales dinásticos que fueron establecidos por el linaje de David en los Salmos.

Estos pasajes expresan estándares de fidelidad y de servicio a Dios para toda la dinastía de David. Pero en el mejor de los casos, los descendientes de David del Antiguo Testamento sólo cumplieron estos estándares de manera imperfecta. El autor de Hebreos insistió que Jesús es el cumplimiento perfecto y supremo de los ideales de la casa real de David.

Por ejemplo, en Hebreos 1:5, el autor citó Salmos 2:7 y 2 Samuel 7:14. Estos versículos indican que Dios adoptó un descendiente de David como su hijo real para gobernar sobre naciones vasallas.

Hebreos 1:8 y 9 cita Salmos 45:6 y 7. Este Salmo de boda real exalta el reino de Dios sobre todo honrando a un rey en la dinastía de David, que ama la justicia y odia la maldad.

En Hebreos 2:11 y 12, el autor hace referencia a Salmos 22:22. En este versículo, David se comprometió a compartir la alegría de su vindicación en la congregación de otros israelitas. El autor utiliza este versículo para demostrar que Jesús cumple perfectamente este ideal dinástico al compartir su vindicación con los hijos de Abraham.

En Hebreos 10:5 al 7, el autor se refiere al Salmos 40:6 al 8. En estos versículos, David se comprometió a dedicar todo su cuerpo a Dios en lugar de sacrificar animales. El autor aplica esto a Jesús, cuyo cuerpo sacrificado en la cruz fue el cumplimiento supremo, escatológico de este ideal.

Hasta ahora hemos visto el contenido recurrente en Hebreos que involucra los últimos días en Jesús y el apoyo en el Antiguo Testamento de las opiniones teológicas del autor. Ahora estamos listos para examinar brevemente un tercer elemento: las exhortaciones a perseverar del autor.

EXHORTACIONES A PERSEVERAR

El autor de la carta a los Hebreos motiva a sus oyentes a perseverar en la fe de varias maneras. Hay muchas citas del Antiguo Testamento que anticipan que Dios ha seguido trabajando en sus propósitos, y sobre todo en estos últimos días al enviar a su Hijo. Los ejemplos de los que fielmente han sufrido persecución, sobre todo en Hebreos 11, se dan como un gran modelo de perseverancia. Y sobre todo, por supuesto, el mismo Cristo, que "por la gloria que fue puesta delante de él, sufrió en la cruz", despreciando la vergüenza, con el fin de que pueda anticipar el cielo — que es dado como un modelo para los cristianos a seguir también hoy. [Dr. Simon Vibert]

En nuestra lección anterior, mencionamos que en Hebreos 13:22, el autor de Hebreos describe todo su libro como "palabras de exhortación". Y dependiendo de cómo las contemos, Hebreos incluye alrededor de 30 exhortaciones explícitas. Como veremos, cada exhortación se refiere a una cuestión específica, pero todas fueron diseñadas para hacerle un llamado a la audiencia original a perseverar en su lealtad a Cristo.

En este punto en nuestra lección, veremos dos aspectos decisivos de las exhortaciones a perseverar del autor. En primer lugar, haremos algunos comentarios sobre las respuestas que el autor esperó obtener de su audiencia. Y en segundo lugar, notaremos la forma en que proporcionó motivaciones para que su audiencia perseverara. Veamos primero la gama de respuestas que el autor quería evocar.

Respuestas

Una de las características más notables del libro de Hebreos es la amplitud de respuestas con las que autor alentó a su audiencia. Ahora, cuando lidiamos con un lenguaje antiguo como el griego del Nuevo Testamento, a menudo es imposible identificar matices de significado para ciertas expresiones. Por lo tanto, nos limitaremos a unos pocos ejemplos relativamente claros. En general, las exhortaciones del autor animan a su audiencia a aplicar su libro emocionalmente, conceptualmente, y conductualmente. Para que la audiencia original perseverara, era crucial que prestara atención a toda esta gama de respuestas.

En primer lugar, el autor de Hebreos frecuentemente exhortó a su audiencia en las dimensiones emocionales de su fe. En Hebreos 3:8 y 15 dijo, "no endurezcáis vuestros corazones". En el versículo 13 del mismo capítulo leemos: "exhortaos los unos a los otros cada día… para que ninguno de vosotros se endurezca". A lo largo de estas mismas líneas, en el 4:1, dijo: "temamos, pues" o más literalmente y adecuado a este contexto: "tengamos temor a no entrar en el reposo de Dios". Alentó a su audiencia en el 4:16 cuando dice: "acerquémonos, pues, confiadamente", o con valentía al trono de la gracia de Dios en busca de ayuda. Se les pidió que en el 10:22 "acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe". Y en el 10:35, les exhortó, "no perdáis, pues, vuestra confianza" o valor.

A pesar de lo importante que estos énfasis emocionales eran para el autor de Hebreos, él también exhortó a su audiencia a aplicar su texto en un nivel conceptual. Él quería que sus palabras inspiradas influyeran en sus doctrinas y creencias teológicas. Por ejemplo, en Hebreos 2:1, llamó a su audiencia a "que con más diligencia atendieran" lo que habían oído. En el 3:1, el autor instó a "considerad a Cristo Jesús". Y los animó en el 6:1 a "dejar los rudimentos de la doctrina de Cristo" y crecer en su conocimiento y comprensión.

Curiosamente, el autor de Hebreos no enfatizó elementos específicos de comportamiento desde el principio. Sin duda, sus exhortaciones por lo general tenían implicaciones de comportamiento, pero la mayoría de sus exhortaciones de conductas explícitas aparecen hacia el final de su libro. En Hebreos 12:16, exhortó a su audiencia a que "no haya algún fornicario". Y en el 13:1 al 19 abordó temas como la hospitalidad, el matrimonio, el profesar el nombre de Cristo y el hacer el bien.

Esta gama de exhortaciones ilustra una variedad de formas en que el autor de Hebreos quería que su audiencia respondiera a su libro. Claramente, tenían que ser conscientes de sus emociones, conceptos y comportamientos si iban a perseverar en el servicio fiel a Cristo.

Hemos visto que las exhortaciones a perseverar del autor de Hebreos evocaron una gama de respuestas. Ahora observemos cómo el autor presenta motivaciones tanto positivas como negativas para fomentar la perseverancia.

Motivaciones

Por un lado, el autor estrechamente asoció muchas de sus exhortaciones con motivaciones positivas. Por ejemplo, en Hebreos 4:13 al 16 se refirió a recibir la gracia y la ayuda de Cristo. Y en el 13:16 trató de motivar a su audiencia con el conocimiento de que ciertas acciones agradan a Dios. Una y otra vez, el autor de Hebreos ofreció recompensas eternas como motivación para una vida fiel.

En Hebreos 10:35, por ejemplo, dijo:

No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón (Hebreos 10:35).

Por otro lado, sin embargo, el autor de Hebreos a menudo usa motivaciones negativas para exhortar a su audiencia. Estas exhortaciones eran principalmente amenazas y advertencias de juicio divino. Por ejemplo, en Hebreos 2:2 y 3, él dijo que los que desobedecieron a los ángeles fueron castigados. Entonces, ¿cómo podría cualquier persona que ignora la palabra de salvación en Cristo esperar escapar del juicio de Dios? En el 6:4 al 8, advirtió que toda persona que ha caído "está próxima a ser maldecida". En el 10:26 al 31, advirtió de "una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.

Uno de los grandes temas del libro de Hebreos es la necesidad de perseverar. No se puede leer el libro de Hebreos, con sus advertencias y sus exhortaciones y no apoyar al autor diciéndoles como él realmente les predica, que tienen que perseverar; que necesitan seguir adelante; que necesitan no dar marcha atrás sino seguir adelante en la vida cristiana. Ahora, ¿cómo lo hace? Bueno, creo que lo que hace es equilibrar muy bien ambos, estímulos y advertencias, y estos son una especie de dos caras de la misma moneda. Una y otra vez, en términos de estímulo, el libro de Hebreos es famoso por sus contrastes entre Cristo y las figuras del Antiguo Testamento, la gente, los pactos. Él es más grande que Moisés; aporta un mayor descanso; él es un sacerdote mayor; él tiene un mejor sacrificio. La otra cara, son también las advertencias. La función de las advertencias en el libro de Hebreos es alertar al público cristiano y a los lectores a decir: "Si no perseveramos, si quitamos nuestros ojos de Cristo, si no continuamos caminando con él y lo buscamos a él, tomando en cuenta quién es él, tomando en cuenta que él está en todo su esplendor y la gloria – que él es el Señor de la gloria, el Gran Sumo Sacerdote que ha venido – tomando en cuenta todo eso, entonces fuera de él no hay salvación". Así, los dos juntos dan el incentivo positivo, así como una especie de refuerzo negativo para mantenernos corriendo la carrera, mantener los ojos puestos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe. [Dr. Stephen J. Wellum]

Las amenazas de juicio en contra de la audiencia de Hebreos a menudo turban a los interpretes porque suenan como si los verdaderos creyentes pudieran perder su salvación. Por esta razón, estas porciones de Hebreos a menudo han sido campos de batalla entre los cristianos que sostienen un punto de vista u otro sobre este tema. Aunque el tiempo no nos permitirá discutir esta cuestión teológica en profundidad aquí, seguirá siendo de ayuda comentar dos aspectos importantes de este problema.

En primer lugar, hay que tener en cuenta que el libro de Hebreos no es una teología sistemática técnica. Con esto queremos decir que, a menudo, las Escrituras usan terminología, incluso terminología acerca de la salvación, con más variedad que los teólogos cristianos y las tradiciones teológicas. De hecho, todas las ramas de la iglesia tienden a utilizar ciertos términos teológicos de manera más estrecha que las diversas formas que se usan en las Escrituras. Esta práctica es casi inevitable si esperamos tener sistemas teológicos que no sean confusos. Sin embargo, este enfoque también es peligroso porque es fácil de leer nuestras propias definiciones estrechas de términos y expresiones en un libro como Hebreos. Este peligro es especialmente evidente cuando se trata de comprender la forma en que el autor de Hebreos describe aquellos que se vuelven apóstatas o que se alejan de Cristo.

Por un lado, es útil tener en cuenta que el autor de Hebreos no dice que los apóstatas hayan sido "justificados". En el Nuevo Testamento, éste término se reserva para los verdaderos creyentes de manera consistente. Pero, por otro lado, el autor de Hebreos hizo uso de algunos términos que los evangélicos a menudo reservan para los verdaderos creyentes únicamente, incluso si el Nuevo Testamento no lo hace.

Por ejemplo, en Hebreos 6:4 a 6, el autor advirtió:

Aquellos que han sido una vez iluminados, que han saboreado el don celestial, que han tenido parte en el Espíritu Santo y que han experimentado la buena palabra de Dios y los poderes del mundo venidero, y después de todo esto se han apartado (Hebreos 6: 4-6 [NVI]).

La dificultad aquí es que muchos de nosotros usamos expresiones similares en nuestro vocabulario teológico técnico para describir a los verdaderos creyentes únicamente. Otros ejemplos están en Hebreos 10:29, donde se dice que los apóstatas son "santificados" por la sangre del pacto, o en el 10:32 que dice que "habían sido iluminados".

En realidad, se utilizan descripciones similares en el Nuevo Testamento para los que participan en lo que los teólogos a menudo llaman la "iglesia visible". Esto es claramente diferente de la "iglesia invisible", o el cuerpo de verdaderos creyentes. La gente de la iglesia visible es la que es parte de la iglesia hacia el exterior, pero no necesariamente hacia el interior. Esta distinción dentro de la iglesia es similar a la forma en la que Romanos 2:28 y 29 distingue entre aquellos que sólo eran judíos "externamente" — phaneros en griego — con la externa circuncisión física, y aquellos que eran judíos "internamente" — kruptos en griego, — la circuncisión en el corazón.

En segundo lugar, siempre debemos recordar que la amenaza del juicio divino por apostasía no es exclusiva de Hebreos. Por ejemplo, nos encontramos con advertencias similares en pasajes como 1 Corintios 10:1 al 13 y 2 Pedro 2:21 y 22. En general, el Nuevo Testamento enseña que los que tienen fe salvadora en Cristo perseveran hasta el fin. Pero los que rechazan a Cristo totalmente demuestran que su fe no era fe salvadora. Por el contrario, su fe era solamente lo que los teólogos a menudo llaman "temporal" o "fe hipócrita". Como 1 Juan 2:19 explica sobre los apóstatas:

Porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros (1 Juan 2:19).

Cada vez que alguien se aleja de la fe cristiana, demuestra que en realidad no pertenece a la iglesia invisible.

Hay cinco pasajes de advertencia en Hebreos. La mayoría de nosotros argumentamos y concluimos que estos cinco realmente tienen un buen punto, por lo que se puede decir que las advertencias (en plural) realmente tienen un propósito principal. Y pastoralmente, su propósito es bastante simple. Él quiere que todos los miembros de su congregación perseveren y sigan a Cristo. Ahora bien, hay un par de puntos que de verdad deben hablarse. Estas son advertencias reales. No son hipotéticas. No son hechas como una táctica para infundir miedo. Pero hay un punto que hay que recalcar, y es que se dirige a ellos como se dirigiría un pastor a una congregación el domingo por la mañana. Pero él no es omnisciente. No sabe el estado eterno de las almas de su congregación. Sabe que profesan a Cristo, pero en realidad, en la teología del Nuevo Testamento, sólo el tiempo dirá. De hecho, vemos en el ejemplo de 1 Juan 2:19, de los que abandonaron la fe, dejaron la comunidad de la fe y, al salir, lo que demostraron es que nunca fueron realmente uno de nosotros; Juan le escribe a la iglesia de Asia Menor. Y así, vemos aquí en Hebreos que el autor está dirigiéndose a los que profesan a Cristo, pero en realidad, sólo el tiempo dirá si lo conocen. [Dr. Barry Joslin]

En nuestra lección acerca del contenido y la estructura de Hebreos, hemos visto tres elementos del contenido recurrente del libro. Ahora, vayamos al segundo tema principal de nuestra lección: la estructura retórica del libro de Hebreos.

ESTRUCTURA RÉTORICA

Como vimos en nuestra lección anterior, la audiencia original del libro de Hebreos estaba enfrentando persecución. La tentación de adoptar las falsas enseñanzas de la comunidad judía local era a nivel general. El autor de Hebreos escribió para persuadir a sus lectores a no rendirse y a no alejarse de Cristo a través de esas enseñanzas. Entonces, ¿Cómo fue que el autor de Hebreos tejió el contenido de su libro para lograr su propósito? ¿Cómo era esta estructura retórica?

Podríamos ver la estructura retórica de Hebreos desde muchos niveles pero para nuestros propósitos, veremos cinco divisiones principales del libro. Estas divisiones nos ayudan a obtener una idea de cómo el autor trató de persuadir a su audiencia a permanecer fiel a Cristo:

Revelaciones Angelicales 1:1–2:18

El autor de Hebreos usó cada una de estas divisiones principales para persuadir a su audiencia de permanecer fieles a Cristo, aún en medio del sufrimiento. Veamos primero cómo el libro de Hebreos trata las revelaciones angelicales en el 1:1 al 2:18.

Como mencionamos en la lección anterior, una serie de escritos judíos de Qumrán, así como libros como Efesios y Colosenses indican que las comunidades judías del siglo primero a menudo exaltaban a los ángeles como poderosas criaturas gloriosas que traían consigo revelaciones divinas a los seres humanos inferiores.

Las perspectivas de la comunidad judía local estaban arraigadas en los pasajes bíblicos, pero daban honor excesivo a los ángeles. Este honor exagerado para los ángeles planteó un serio desafío para los seguidores de Cristo. Después de todo, todo el mundo sabía que Jesús era de carne y hueso, un ser humano. Entonces, ¿cómo podría alguien seguir lo que él decía en vez de las revelaciones de los ángeles?

El autor de Hebreos respondió a este reto en cinco pasos. Primero, en Hebreos 1:1 al 4, escribió que su audiencia debería seguir a Jesús porque Jesús es la fuente suprema de revelación divina. El autor reconoció que Dios habló a través de ángeles y de otros medios a lo largo de la historia del Antiguo Testamento. Pero insistió en que, como el divinamente designado sumo sacerdote real de los últimos días, Jesús trajo consigo revelación mucho más superior a cualquier revelación dada por medio de los ángeles.

En el 1:5 al 14, el autor de Hebreos explica que Jesús es superior a los ángeles, porque sólo él es el Hijo mesiánico de Dios. Observó que Jesús cumplió con los ideales de la casa de David. Y Jesús también cumplió la predicción de David de la victoria del Hijo mesiánico de Dios sobre todos los enemigos de Dios. En contraste, señaló que los ángeles no son más que espíritus enviados a servir a quienes heredan la salvación en Cristo.

En el 2:1 al 4, el autor exhorta a su audiencia a prestar especial atención al gran mensaje de salvación anunciado primero por Jesús. Les recordó que la violación a los mensajes de los ángeles en el pasado recibió el justo castigo de Dios. Por lo tanto, sus lectores no debían pensar que era posible escapar del juicio de Dios, si ignoraban la gran salvación revelada por Cristo, quien es nuestra salvación.

Hebreos 2:5 al 9 apoya la creencia en la supremacía de Cristo al explicar que Jesús es ahora gobernante sobre los ángeles. Y en el futuro todos los creyentes reinarán sobre ellos con él.

El autor señaló que Dios puso a la humanidad un poco por debajo de los ángeles temporalmente, pero destinó a los seres humanos a gobernar sobre toda la creación en el mundo venidero. Esta gloria final dada a los seres humanos es anticipada en el actual reinado de Cristo en el cielo como real sumo sacerdote de Dios. Y, por último, en Hebreos 2:10 al 18, el autor demostró que Jesús es descendiente de Abraham. Y Jesús compartirá su gloria con los descendientes de Abraham, no con los ángeles. El autor cita a David e Isaías en esta sección para mostrar la conexión de Jesús con el árbol genealógico de Abraham. También explicó que Jesús, en su humanidad, rompió el poder del gran ángel caído, el diablo. Esto no era para liberar a los ángeles, sino para liberar a los descendientes de Abraham del temor a la muerte. La humanidad de Cristo lo hizo un misericordioso y fiel sumo sacerdote que expió los pecados de su pueblo.

La Autoridad de Moisés 3:1–4:13

Después de haber visto cómo el autor de Hebreos trata con las enseñanzas judías sobre las revelaciones angelicales, debemos pasar a la segunda división principal de su libro. En Hebreos 3:1 al 4:13 él respondió a los desafíos acerca de la autoridad de Moisés. Ningún ser humano fue tan honrado en Israel como Moisés.

Debido a la distinción que le es otorgada a Moisés, realmente no deberíamos sorprendernos de estas enseñanzas judías locales. Ellos desafiaron a la audiencia de Hebreos a obedecer todo lo que Dios había revelado a través de Moisés, pero sin tener en cuenta a Cristo. Como veremos en esta división, el autor de Hebreos honra a Moisés también. Sin embargo, a pesar de que Moisés fue fiel servidor de Dios, Jesús fue aún mayor, porque él era el real sumo sacerdote de Dios de los últimos días.

Esta parte del libro se divide en tres secciones principales, cada una de las cuales tiene al menos una exhortación a mantener la autoridad de Jesús por encima de la autoridad de Moisés. En la primera sección, en Hebreos 3:1 al 6, le pide explícitamente a su audiencia de hebreos a honrar a Jesús sobre Moisés. En esta sección se señala que Moisés construyó la casa de Dios, el tabernáculo. Pero como Hijo real de Dios, Jesús reina sobre la casa de Dios, la iglesia.

Escuchemos Hebreos 3:1 al 3, donde el autor exhortó a su audiencia diciendo:

Consideren a Jesús, apóstol y sumo sacerdote de la fe que profesamos… De hecho, Jesús ha sido estimado digno de mayor honor que Moisés (Hebreos 3:1-3 [NVI]).

El autor insiste en que Jesús fue fiel a Dios, como Moisés, pero Jesús era "estimado digno de mayor honor".

A raíz de estos versículos, en el 3:7 al 19, el autor advirtió a su audiencia a que no endurecieran sus corazones y a la rebelión, como los israelitas que se rebelaron contra Moisés. El autor apoya esta exhortación al señalar que la mayoría de los que siguieron a Moisés no entraron en la Tierra Prometida porque se rebelaron contra Dios. De la misma manera, los que siguen a Cristo serán participantes de Cristo, sólo si mantienen su convicción original con firmeza hasta el final.

La incredulidad mantuvo a los israelitas fuera de la Tierra Prometida; la incredulidad hará lo mismo en Cristo.

En Hebreos 4:1 al 13, el autor continúa con su comparación entre el seguir a Cristo y seguir a Moisés. Él exhortó a su audiencia a hacer todo lo posible para entrar en el reposo de Dios. Usando el Antiguo Testamento, explicó que entrar en el reposo de Dios está todavía en el futuro. Por lo que deben tomar en serio cómo la palabra de Dios pone todo al descubierto delante de él. Es Dios a quien deben rendir cuentas. Y ellos deben tratar de entrar en su reposo y no imitar a Israel en el desierto.

El Sacerdocio de Melquisedec (4:14–7:28)

Después de abordar las revelaciones angelicales y la autoridad de Moisés, el autor de Hebreos desafió las enseñanzas judías locales sobre el sacerdocio real de Melquisedec en Hebreos 4:14 hasta el 7:28.

En nuestra lección anterior, mencionamos un texto llamado 11QMelquisedec o el Midrash de Melquisedec descubierto en Qumrán. Este texto describe a Melquisedec como una figura celestial que aparecería en los postreros días para ofrecer sacrificios expiatorios finales y para inaugurar el reino de Dios. Al parecer, algunas de las personas en la audiencia original estaban confundidas por este tipo de enseñanza. ¿Por qué deberían seguir a Jesús como el real sumo sacerdote de Dios en los últimos días, en lugar de esperar a Melquisedec? Por lo tanto, el autor de Hebreos demuestra que Jesús era el verdadero real sacerdote según el orden de Melquisedec.

Esta división se desarrolla en cuatro secciones. La primera y la tercera exhortan a la audiencia a poner a Cristo por encima de Melquisedec, mientras que la segunda y la cuarta demuestran el porqué de esto.

En Hebreos 4:14 al 16, el autor presentó el tema de Melquisedec con una exhortación a su audiencia a mantenerse firmes en la fe que profesaban. Los animó subrayando que Jesús es un gran sumo sacerdote totalmente humano, sin pecado, que ascendió al cielo, y hace posible que los creyentes reciban misericordia y gracia para ayudarlos en los tiempos de necesidad.

En el 5:1 al:10, el autor de Hebreos explicó cómo Jesús estaba calificado para ser el real sumo sacerdote según el orden de Melquisedec. Jesús cumplió los requisitos para el sacerdocio a través de su obediencia y sufrimiento, pero no se promovió a sí mismo para este oficio. Al citar Salmos 2:7 y Salmos 110:4, el autor demostró que las esperanzas que Israel había puesto en Melquisedec en realidad se cumplirían con la dinastía de David. Así que Dios mismo designó a Jesús para ser el real sumo sacerdote según el orden de Melquisedec. Como tal, Jesús se convirtió en la fuente de salvación eterna para todos los que le obedecen.

Hebreos 5:11 al 6:12 es una larga exhortación a la audiencia de Hebreos a ir más allá de las enseñanzas básicas y hacia la madurez. El autor admitió que su audiencia no podía comprender esta discusión acerca de Cristo y Melquisedec. Pero los animó a madurar en su entendimiento para que no cayeran en la apostasía. Les advirtió que si perdían la fe en el único y real sumo sacerdote, ningún sacrificio por el pecado permanecería.

El autor tenía grandes esperanzas puestas en su audiencia, pero ellos tenían que salir de su apatía e imitar aquellos que habían tenido fe y perseverancia para heredar lo que Dios les había prometido. En Hebreos 6:13 al 7:28, el autor continuó su discusión acerca de Jesús como el cumplimiento del sacerdocio real de Melquisedec. En específico, explicó que el sacerdocio real de Jesús sustituyó o superó, al sacerdocio levítico.

Cuando Hebreos fue escrito, los servicios continuaron en el templo de Jerusalén. Este hecho representó un serio reto para la creencia cristiana de que la muerte de Jesús había hecho que se terminará la necesidad de sacrificios levíticos en el templo. Para responder a este reto, el autor se basó en las creencias locales judías que decían que Melquisedec terminaría todos los sacrificios en los postreros días. Pero por el juramento de Dios en Salmos 110:4 concluyó que Jesús, el gran hijo de David, era el sacerdote real eterno del orden de Melquisedec. Por lo tanto Jesús fue quien terminó el sistema sacrificial levítico.

Para demostrar la superioridad de Jesús al sacerdocio levítico, el autor también observó que en Génesis 14:20, Abraham pagó un diezmo, demostrando que Melquisedec era su superior. Por lo tanto, Leví, el descendiente de Abraham, hizo lo mismo de manera simbólica a través de Abraham. Así que era adecuado para Cristo, como sumo sacerdote real del orden de Melquisedec, sustituir el sacerdocio levítico. Los sacrificios levíticos nunca podrían traer expiación total, pero en cumplimiento del sacerdocio real de Melquisedec, Cristo realizó una sola expiación de una vez y para siempre.

Una de las porciones mas favoritas del libro de los Hebreos para los predicadores y maestros es la comparación con Melquisedec, el casi desconocido sacerdote del Antiguo Testamento. Pero antes él hace una comparación con, el sacerdocio de Arón de los levitas. Primeramente el hace el contraste siguiente: el sacerdocio de Aarón era hereditario, osea, de padre a hijo, y de la tribu de Leví. El sacerdocio de Jesús no es así pues no tiene herencia en los levitas pues era de la tribu de David, Judea. Segundo que el sacerdocio de Aarón, como eran hombres que perecían, pues pasaban de padre a Hijo. Jesús en contraste, como él es eterno el sacerdocio es para siempre, osea, que él sigue siendo el mismo sacerdocio. Y eso es lo que él está enfatizando, que Jesús es un sacerdote de ese índole, que no tiene derecho humano a ser sacerdote, pero que entra en la historia como un sacerdote escogido por Dios, y que luego desaparece. Como lo hace Jesús que sube al cielo al final de su ministerio terrenal, claro, después de su resurrección. [Dr. Alvin Padilla]

Existen dos sacerdocios mencionados en la carta a los Hebreos. Uno es el sacerdocio tradicional que inició desde Aarón y fue llevado a cabo por la tribu de Leví, es decir el sacerdocio levítico. Y también estaba el muy inusual sacerdocio de Melquisedec, que aparece en la historia patriarcal temprana. Él era un sumo sacerdote del Señor en la época de Abraham. Y Jesús es comparado con ambos, por un lado para demostrar la superioridad al sacerdocio levítico, y por otro lado para mostrar la similitud que existe con la singularidad de Melquisedec como sumo sacerdote. Su sacerdocio fue una designación eterna. Y lo que sabemos de Melquisedec es que no tenía padres; aparece en escena sin ningún tipo de genealogía detrás de él; él es más importante que Abraham porque Abraham le pagó tributo a él, le pagó diezmo, y el menor le paga al mayor el diezmo. Pero ese patrón del sumo sacerdote que es superior en todo sentido y recibe tributo del mismo pueblo, quienes fueron los patriarcas que formaron el judaísmo y la historia de Israel, y bajo los cuales, en un momento dado tuvo lugar el sacerdocio levítico, esa imagen de Melquisedec perdura. Y el sacerdocio de Cristo, ese nuevo sacerdocio es promulgado según el modelo de Melquisedec. [Dr. Edward M. Keazirian]

Nuevo Pacto 8:1–11:40

La cuarta división principal en Hebreos 8:1 al 11:40, se enfoca en el nuevo pacto. Aquí, el autor de Hebreos explicó más acerca de la supremacía de Cristo como real sumo sacerdote de Dios al discutir cómo el nuevo pacto es superior al anterior.

El término "nuevo pacto" proviene de Jeremías 31:31. En este versículo, el profeta predijo que Dios otorgaría un pacto de renovación final a Israel y Judá después del exilio de Israel en los últimos tiempos. Este mismo pacto escatológico fue nombrado un "pacto de paz" en Isaías 54:10 y Ezequiel 34 y 37. Así que, en este momento, el autor de Hebreos pasó de su discusión de Melquisedec en los últimos días a la discusión del nuevo pacto.

Esta división de Hebreos consta de ocho secciones principales. La primera, Hebreos 8:1 al 13 presenta la idea de que Jesús es el mediador del nuevo pacto como real sumo sacerdote en el cielo.

En los versículos 1 y 2, el autor afirma de manera explícita lo que él llama "el punto principal de lo que (él esta) diciendo". Él explicó que Cristo, el real sumo sacerdote, está en el cielo sirviendo en "aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre".

En otras palabras, el sacerdocio levítico cumplió ese papel en el mundo. Pero su sacerdocio estaba basado en la ley. En el Antiguo Testamento, el pacto con Moisés estableció el sacerdocio levítico terrenal, pero fracasó por los pecados de Israel.

En contraste con esto, el nuevo pacto en Jeremías 31 no puede fallar porque, como dice Hebreos 8:6, éste es:

Establecido sobre mejores promesas (Hebreos 8:6).

Estas "mejores promesas" ofrecen la transformación completa del pueblo de Dios y el perdón final eterno de sus pecados.

En Hebreos 9:1 al 28, el autor reflexionó sobre el hecho de que el sacerdocio real celestial de Jesús es superior al sacerdocio levítico. Comenzó esta sección mencionando el orden del tabernáculo terrenal de Moisés, revelando características que se asemejan al santuario celestial de Dios. Adicionalmente, describió las actividades sacerdotales que fueron mandadas en Levítico 16:34 con respecto al día de la expiación anual. Esto demostró que los sacrificios del tabernáculo terrenal no podían resolver todo el problema del pecado sino que tenían que ser repetidos cada año. Estos sacrificios habían sido ordenados hasta que la historia alcanzara su culminación en los últimos días — lo que él llamó, en Hebreos 9:10, "el tiempo de reformar las cosas".

Después, en Hebreos 9:11, añadió:

Estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros (Hebreos 9:11).

Esta afirmación hizo énfasis en que aquellos que tienen fe en Cristo han sido liberados del pacto a través de su perfecta expiación sacerdotal y ahora tienen acceso abierto al trono de gracia en el cielo.

Uno de los contrastes que hace el autor de la carta a los Hebreos acerca del sacrificio de Jesús por el pecado y el sistema sacrificial en el Antiguo Testamento es que en el sistema sacrificial del Antiguo Testamento el trabajo de los sacerdotes nunca estaba totalmente terminado. El sacerdote tenía que seguir ofreciendo sacrificios por el pecado una y otra vez. Y el punto que el autor hace es que el trabajo no completa totalmente lo que se necesita para lidiar con el pecado, pero las obras de Jesús, sí lo completan totalmente. De hecho, Jesús es el Gran Sumo Sacerdote que, una vez que se ha sacrificado por el pecado, se sienta a la diestra de Dios, mientras que los sacerdotes antiguos permanecían trabajando porque había cosas que hacer todavía. Pero Jesús se sienta, y el autor de Hebreos interpreta eso como algo que significa que su obra está completa, se ha lidiado totalmente con el pecado, se ha terminado. [Dr. Constantine Campbell]

El autor también explicó porque el sacrificio de Jesús era necesario. Utilizó como ejemplo un testamento. Los testamentos ordinarios inician por la muerte de alguien.

El pacto de Moisés inició con muerte y sangre. Así que, el autor razonó que el nuevo pacto también tenía que iniciar con muerte y sangre: con la sangre de Cristo en el santuario interno del palacio celestial de Dios. Pero en este caso, la herencia del "testamento" es el perdón. Por lo tanto, no podía otorgarse el perdón hasta que la gente fuese limpia por la sangre del sacrificio de Jesús. En Hebreos 9:26, el autor lo dice de la siguiente manera:

Pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado (Hebreos 9:26).

Jesús se encargó del pecado una vez y para siempre porque su sangre no es derramada en un santuario hecho por hombres. Entró en el cielo por el sacrificio de sí mismo. Tal y como Dios prometió en Jeremías 31:34:

Porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado (Jeremías 31:34).

Jesús murió como pago para liberar a su pueblo del juicio. El autor termina esta porción afirmando que Cristo regresará, pero no para cargar el pecado de nuevo. Cuando regrese, Jesús traerá la salvación completa a aquellos que esperan en él. Hebreos 10:1 al 18 continúa comparando y contrastando el pacto de Moisés con el nuevo pacto. En esta ocasión, el autor aseguró que, en el nuevo pacto, el sumo sacerdocio de Jesús trajo consigo el perdón final del pecado. Repitió que los sacrificios del día de la expiación eran un recordatorio anual de los pecados, pero no podían quitar pecados. Y reconoció que los sacrificios de animales nunca podrían complacer a Dios. Citó a David en el Salmos 40 donde David se ofreció a sí mismo a Dios como un ideal. Y explicó que Jesús cumplió este ideal con su sacrificio en la cruz.Mientras que los sacrificios levíticos no podían lograr el perdón final de los pecados, la predicción de Jeremías de un nuevo pacto prometía que Dios perdonaría los pecados de su pueblo para siempre. Jesús logró eso. Así que ya no hay necesidad de sacrificios de animales. Hebreos 10:19 al 23 es la primera de cuatro secciones de exhortaciones. Primero, el autor llamó a su audiencia a acercarse a Dios y a aferrarse a su esperanza. Explicó que Cristo, a través de su sangre, había abierto el camino al Lugar Santísimo. Ahora bien, como el versículo 23 nos lo dice, podían "mantenerse firme, sin fluctuar, la profesión de su esperanza, porque fiel es el que prometió".

En el 10:24 al 31, el autor también exhortó a su audiencia a animarse los unos a los otros "al amor y buenas obras". Mencionó que deben reunirse, y más aún porque ven el día del juicio aproximándose. Después les explicó lo severo del juicio que le espera a aquellos que "pisotearan al Hijo de Dios", que tratan la sangre del pacto como si no fuera santa, y que insultan al Espíritu de gracia. Como él dijo, Dios juzgará a su propio pueblo.

En Hebreos 10:32 al 35, el autor le pidió a su audiencia que recordara el pasado y no desechara su confianza. Les recordó que habían sufrido con gozo y por voluntad propia en el pasado porque sabían que tenían mejores y duraderas posesiones en el mundo venidero. Si seguían así, serían recompensados grandemente.

Y Hebreos 10:36 al 39 exhortó a la audiencia a perseverar en hacer la voluntad de Dios. Él apoyó esta exhortación recordándoles que Dios viene a traer juicio final y bendiciones. Les advirtió que a Dios no le agradan aquellos que se alejan del vivir en la fe. Pero en Hebreos 10:39 añadió:

Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma (Hebreos 10:39).

Bueno, es obvio que todos estos creyentes judíos están cansados, están agotados, están siendo perseguidos – cuán relevante es esto para los cristianos de todo el mundo y a lo largo de la historia de la iglesia – Estaban cansados y su fe estaba vacilando. Sus casas habían sido saqueadas. No había habido persecución hasta el punto de martirio todavía, pero parecía estar en el horizonte, y por lo tanto había muchos desafíos en su fe, muchas razones para arrojar la toalla y volver a sus viejas costumbres. Y el autor les escribe, animándolos a permanecer fieles al nuevo pacto en el que ahora ellos creen en Jesús. [Dr. K. Erik Thoennes]

Siguiendo esta serie de exhortaciones, en el 11:1 al 40, el autor se enfocó en la fe salvadora. Ya hemos mencionado que la audiencia de Hebreos había soportado persecución en el pasado y enfrentaban la posibilidad de enfrentar aún más. Así que el autor los animó a tener una fe que no se retira frente a los problemas.

Entonces ilustró lo que quería decir con una larga lista de figuras de la historia del Antiguo Testamento que permanecieron fieles cuando enfrentaron dificultad. Durante sus vidas, estos fieles no recibieron lo que se les había prometido porque la promesa de Dios era para tiempos futuros, pero como explicó el autor de Hebreos, tomarán parte, al igual que el autor y su audiencia en la perfección de su persona cuando Cristo regrese.

Perseverancia Práctica 12:1–13:25

La última división principal, en Hebreos 12:1 al 13:25, cierra el libro de Hebreos al elaborar en el tema de la perseverancia práctica. Esta división consiste en una larga serie de exhortaciones y explicaciones. Para nuestros propósitos, simplemente resumiremos estas exhortaciones. Al acercarse al cierre del libro, el autor de Hebreos enlistó rápidamente muchas exhortaciones diferentes acerca de diferentes áreas de la vida. Por muchas razones, ésta es la porción más práctica del libro porque habla, de manera especial, de los tipos de conducta que esperaba que su audiencia ejerciera. Pero el autor también tomó la oportunidad de inspirar y llenar a su audiencia de energía con una visión de los grandes privilegios de los que gozaban como seguidores de Cristo.

Estas exhortaciones pueden ser divididas en cinco categorías generales seguidas por el cierre. En Hebreos 12:1 al 3, el autor exhortó a su audiencia a correr con paciencia la carrera. Podían hacer esto desechando el pecado y enfocándose en Cristo, quien hizo lo mismo.Hebreos 12:4 al 13, exhortó a la audiencia a resistir hasta la sangre como disciplina parental de Dios. El autor apoyó esta perspectiva citando Proverbios 3:11 y 12.

Explicó que la disciplina de Dios "da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados". Así que los animó a fortalecerse y no ser deshabilitados por el sufrimiento. En Hebreos 12:14 al 17, el autor volvió a exhortar a su audiencia a animarse los unos a los otros. Los animó a vivir en paz y a ser santos. Debían asegurarse de que nadie se quedara corto o se volviera inmoral sexualmente. Ilustró lo importante que era esto al hacer referencia a Esaú, quien no pudo revertir el haber dado sus derechos de herencia. En Hebreos 12:18 al 29, el autor exhortó a su audiencia a ser agradecida por sus bendiciones en Cristo. Para levantar los ánimos de su audiencia y animarlos a perseverar, describió los inmensos privilegios y bendiciones que habían recibido.

Escuchemos Hebreos 12:22 al 24:

Sino que os habéis acercado al Monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel (Hebreos 12:22-24).

En Hebreos 2:22 el autor de Hebreos dice: "Hemos venido a Sión". Ahora, hay que tomar eso en relación al capítulo previo porque el capítulo 11 es al que llamamos el "salón de la fama de fe" en, donde todos los santos del Nuevo Testamento murieron en fe sin recibir la promesa. Pero después, al inicio del capítulo 12, se nos dice que Cristo ha entrado, ha terminado la carrera; ha vencido. Y lo que el versículo 22 y los que le siguen están diciendo, es que estamos entrando a un momento al cual ni aún los santos del Antiguo Testamento disfrutaron en sus vidas terrenales. Y el escritor de Hebreos continua diciendo: "Os habéis acercado al monte de Sion, a la congregación de los primogénitos, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la asamblea general que está en los cielos" y lo que está describiendo aquí es el trono de Dios, la presencia de Dios en el reino celestial. Y una de las impresionantes implicaciones de esto es que todo lo que el Monte de Sión y Jerusalén apuntaban en el Antiguo Testamento se ha vuelto realidad para aquellos que están en Cristo para que podamos ver correctamente al Salmos 48: "Grande es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado en la ciudad de nuestro Dios" y pensemos qué es lo que significa cuando nos reunimos como la asamblea de Cristo en la tierra – al pararnos en el Monte de Sión en el cielo, no la réplica terrenal, sino la Sión celestial verdadera, la cual será revelada en los nuevos cielos y la nueva tierra cuando la Nueva Jerusalén descienda, para estar en la misma presencia del Dios mismo, en y a través de Cristo, quien ha vencido. Y esto hace una gran diferencia en cómo vemos a la iglesia visible en el mundo. [Rev. Michael J. Glodo]

En Hebreos 13:1 al 19, el autor animó brevemente a su audiencia a ser fieles en la vida diaria. Mencionó el amarse los unos a los otros, recordando a los extranjeros y los prisioneros, honrando el matrimonio, teniendo contentamiento y recordando a sus líderes. También les recordó el resistir a las enseñanzas extrañas de su comunidad judía local y aceptar el sufrimiento de Cristo en sus propias vidas.

Los exhortó a ofrecer sacrificios de adoración, a hacer el bien, y a compartir los unos con los otros. Después cerró esta sección exhortándolos a orar por él y por sus acompañantes. Finalmente, en Hebreos 13:20 al 25, el autor cerró su libro. En los:20 y 21, ofreció una bendición, una oración que Dios, quien levantó a Jesús, haría en ellos y recibiría gloria. Después, en el versículo 22, le pidió a su audiencia "que soportéis la palabra de exhortación". O su sermón a ellos. Y terminó la carta con varios saludos.

CONCLUSIÓN

En esta lección hemos visto el contenido y la estructura del libro de Hebreos. Nos hemos dado cuenta del contenido recurrente enfocándonos en los postreros días de Cristo, el apoyo del autor en el Antiguo Testamento para sus puntos de vista, y sus múltiples exhortaciones a perseverar. También hemos examinado la estructura retórica del libro al darnos cuenta cómo el autor entretejió sus temas recurrentes para abordar desafíos en contra de la fe cristiana que provenían de enseñanzas judías locales.

El libro de Hebreos ofrece grandes tesoros a los seguidores de Cristo. Sus puntos de vista teológicos penetran profundamente en todo lo que Cristo ha hecho por nosotros. Y penetra en el corazón de lo que significa seguir a Cristo. El libro de Hebreos nos llama a ver las Escrituras como nuestra autoridad y a recibir a Cristo como el cumplimiento de todo lo que Dios ha prometido. Y nos exhorta a amar y a servir a Cristo con corazones agradecidos hasta que llegue aquel día en el que recibiremos el reino que él está preparando para nosotros, el único reino que jamás será sacudido.