El Libro de Apocalipsis: Estructura y Contenido

INTRODUCCIÓN

Un amigo mío me contó una vez acerca de su visita a un taller de tapicería en las afueras del Cairo, Egipto. Tenían cuartos llenos de personas tejiendo alfombras. Mi amigo estaba cautivado por la manera en la que los delgados hilos podían tejerse con otros miles de hilos similares para formar complejos patrones de tapices.

La belleza de los hilos tomó vida cuando fueron incorporados al tapiz. El libro de Apocalipsis es como un tapiz. Está lleno de pequeñas profecías que basan su significado en las profecías de su entorno. Y su mensaje es más claro cuando leemos el libro como un todo, y vemos el gran panorama que se dibuja para nosotros.

Esta es la segunda lección en nuestra serie: "El Libro de Apocalipsis", y la hemos titulado: "Estructura y Contenido". En esta lección, exploraremos el libro de Juan considerando su composición literaria y como sus diferentes partes encajan entre sí.

Comenzaremos nuestra exploración de la estructura y contenido de Apocalipsis, observando brevemente el propósito por el cual Juan lo escribió. Después, exploraremos los detalles del libro de Apocalipsis. Y finalmente examinaremos algunas estrategias comunes de su aplicación moderna. Comencemos viendo el propósito de Juan.

PROPÓSITO

El propósito de Juan para escribir el libro de Apocalipsis, era casi tan complejo como el libro mismo, así que no podemos explorar todos sus detalles en esta lección. Pero podemos resumir su propósito central de esta manera: Juan escribió el libro de Apocalipsis para animar a los cristianos que sufren a mantenerse fieles hasta que Jesús regrese.

Como indicamos en nuestra primera lección en esta serie, los lectores de Juan fueron perseguidos experimentando numerosas tentaciones que comprometían su fe. Así que Juan escribió para asegurar a las iglesias en Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia, Laodicea, y al resto del mundo que Cristo conocía su sufrimiento y los veía a través de él. El libro de Apocalipsis garantizaba que Jesús estaba en control de su glorioso futuro, y que recompensaría a todos sus fieles seguidores.

En línea con este rol de profeta de Dios, el propósito de Juan fue expresado en dos mensajes complementarios de Jesús para las iglesias de Asia Menor. Primero, Juan entregó ofrecimientos de bendición para aquellos que fueron fieles a Jesús.

Y segundo, transmitió amenazas de maldición contra todos los que fueron desleales. Veremos ambos tipos de mensajes, comenzando con los ofrecimientos de bendiciones.

Ofrecimientos de Bendición

Escuchemos como estimuló Juan a la iglesia en Esmirna en Apocalipsis 2:9 y 10:

Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico) … No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. (Apocalipsis 2:9-10)

Lejos de prometerles protección del sufrimiento, Juan dijo que la iglesia de Esmirna iba a "padecer." Pero al mismo tiempo, les aseguró que si se mantenían fieles a Cristo, Jesús les daría "la corona de vida." Su sufrimiento y posible muerte sería sólo temporal, pero sus bendiciones serían eternas.

Este estímulo fue importante porque orientó a la audiencia original de Juan a las visiones que seguirían. Les enseñó a leer las visiones con la mirada puesta en las bendiciones que Jesús daría a sus fieles seguidores cuando él regrese. Por ejemplo, Apocalipsis 20:4 habla de la bendición del reinar con Cristo.

Escuchemos como Apocalipsis 21:3 y 4 describe las bendiciones finales que los creyentes recibirán:

Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. (Apocalipsis 21:3-4)

Esta visión del futuro debe haber motivado a los lectores de Juan a ser fieles a Dios, de manera que habrían de obtener estas maravillosas bendiciones.

Tenemos momentos claves, en el libro de Apocalipsis donde se prometen bendiciones para el pueblo de Dios. En Apocalipsis capítulos 2 y 3: podemos pensar por ejemplo en "Las promesas para los que vencen." Promesas que son reiteradas al final del libro para aquellos que vencen. Eso nos recuerda que, lo que las promesas de bendición pretenden hacer para nosotros como pueblo de Dios, es animarnos a perseverar en tiempos de pruebas y persecución, perseverar en aferrarnos a Jesús y alinearnos a sus propósitos. También siendo muy cuidadosos de vivir el estilo de vida de aquellos que son conocidos por el nombre del Señor, para que seamos un pueblo santo para el Señor. [Dr. David W. Chapman]

El propósito de los ofrecimientos de bendición que encontramos repetidamente en Apocalipsis, es casi como si fueran parte de la naturaleza apocalíptica del libro, porque garantizan a esas personas que a pesar de su realidad, a pesar de lo que realmente ven con sus ojos, que están maldecidos, que están sufriendo, que son insignificantes, que están peleados con Roma, que están aislados de la cultura. Todas las cosas parecen estar en contra de ellos. Pero la verdadera historia, si pudiéramos quitar el velo por así decirlo, la verdadera historia, es que si se aferran a la palabra de Dios y al testimonio de Jesús experimentaran la bendición de Dios. [Dr. James M. Hamilton]

Además de ofrecer bendiciones a los fieles seguidores de Jesús, Juan también expresa su propósito en las amenazas de maldición en contra de aquellos que son desleales a Cristo.

Amenazas de Maldición

Sólo como un ejemplo, escuchemos la amenaza que hace Jesús contra la iglesia Laodicea en Apocalipsis 3:16:

Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. (Apocalipsis 3:16)

Estas palabras exhortan firmemente a los lectores de Juan, a arrepentirse de sus pecados y a vivir en vehemente sumisión a Jesús. La amenaza de ser vomitados de la boca de Cristo, advierte claramente que la rebelión flagrante contra Jesús les llevaría a maldiciones divinas. Estos tipos de amenazas fueron incluidas, para que la audiencia original de Juan pudiera leer las visiones que seguían con la conciencia de las maldiciones de Dios. Como autor, Juan remarcó estas maldiciones muchas veces para exhortar tanto a los falsos como a los verdaderos creyentes a arrepentirse de sus pecados. Por ejemplo, varias veces las visiones de Juan describen los castigos que caen sobre aquellos que adoran a la bestia. Estos idólatras son aplastados en el lagar de Dios en Apocalipsis 14. Son atormentados con enfermedades en el 16. Y son quemados en el lago de fuego en los capítulos 19 al 21. Estas visiones eran verdaderas amenazas en contra de los falsos creyentes en las iglesias de Asia Menor. Pero también animaban a los verdaderos creyentes a evitar el tipo de comportamiento y actitud que conduce al juicio de Dios.

Las advertencias de juicio en el libro de Apocalipsis realmente tienen dos propósitos. Por un lado, para los creyentes que permanecen firmes, que están soportando el sufrimiento, son un recordatorio y una promesa de que la demora de la justicia no es en realidad una justicia negada, que el día viene cuando aquellos que han hecho miserables las vidas de los cristianos, o han tomado las vidas de los cristianos, serán llevados ante la justicia. Por otro lado, hay iglesias en el primer siglo como las que hay actualmente que son muy tentadas por el atractivo de la cultura que nos rodea. La ramera Babilonia, en la visión que le fue dada a Juan en Apocalipsis capítulo 17, está bellamente vestida; se ve atractiva de cierta forma, tiene en la copa de su mano la sangre de los santos, e incluso, aunque sabemos lo cruel que es, como representante del lujoso atractivo fundado en la brutalidad, somos capaces de ser tentados. Vemos en los capítulos 2 y 3 como algunas de las iglesias a las que Juan trajo este libro fueron tentadas por el encanto de la cultura. Y eso es umdashna advertencia seria para los creyentes a no dejarse engañar por el atractivo de la cultura y el deseo del placer sensual. [Dr. Dennis E. Johnson]

El mensaje de Apocalipsis realmente es que este mundo es el escenario en el cual la gran batalla espiritual toma lugar. Y nuestras acciones, en lo que respecta a la batalla son significativas. Y Dios tiene un propósito y un plan en este mundo. Y viviremos nuestras vidas en línea con su propósito y su plan. Por lo tanto aquellos que se oponen a los propósitos de Dios pagaran el precio; enfrentaran el juicio de él. Nosotros como creyentes tenemos la responsabilidad de ser fieles, y así a través del libro de Apocalipsis el mensaje que aparece una y otra vez es — mantenerse firmes, perseverar, persevera hasta el fin, porque Dios va a vencer, Dios es el Soberano Señor, a pesar de que a lo largo del camino puede parecer que las cosas van en otra dirección. El hecho de que Dios va a juzgar al mal y a recompensar al bien nos llama a responder con fidelidad a su mensaje, con fidelidad a su propósito y a su plan. [Dr. Mark L. Strauss]

Sin lugar a duda, muchos detalles del libro de Apocalipsis son difíciles de entender. Pero sus principales ideas se mantienen claras. El propósito de Juan era animar a sus lectores a ser fieles a Cristo aun cuando estuvieran sufriendo. El ofrecimiento de las bendiciones de Dios debió animarlos a ser leales a Jesús y a ser activos en buenas obras. Y él los amenazó con las maldiciones de Dios para dirigirlos al arrepentimiento. De una o otra forma, cada imagen, símbolo y escenario en Apocalipsis fomenta la fidelidad. Y si mantenemos este propósito en mente, nos ayudará a entender lo que el libro de Apocalipsis significó para los primeros cristianos, y lo que significa para los lectores modernos también.

Ahora que hemos explorado el propósito del libro de Apocalipsis, pongamos atención a sus detalles.

DETALLES

El libro de Apocalipsis comienza con una pequeña introducción en el 1:1 al 8. Siguiendo esto, el cuerpo de Apocalipsis consiste de cuatro visiones centrales:

Después de las cuatro visiones centrales, el libro de Apocalipsis termina con una conclusión en el 22:6 al 21.

Las cuatro grandes visiones en el cuerpo de Apocalipsis son introducidas cada una con una frase, Juan estaba "en el Espíritu." Juan consistentemente usó este lenguaje para marcar el inicio de una nueva división en el cuerpo principal de su libro.

Cuando vamos a interpretar esta frase que Juan usó cuatro veces en Apocalipsis, "Al instante yo estaba en el Espíritu," es fácil observar que eso sucede cuatro veces, y cada vez que sucede es un punto de cambio en el libro de Apocalipsis. Creo que esto nos permite dividir el libro de Apocalipsis, (hablando de manera general) en estos segmentos, en los que tenemos a Jesús y sus cartas al principio, el trono y los juicios en medio, y al final a la ramera y al Rey y después a la novia. Esto es todo el libro de Apocalipsis. [Dr. James M. Hamilton]

En Apocalipsis 1:10 Juan escribió:

Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta. (Apocalipsis 1:10)

En Apocalipsis 4:2 él reportó:

Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. (Apocalipsis 4:2)

En Apocalipsis 17:3 él dijo:

Y me llevó en el Espíritu al desierto. (Apocalipsis 17:3)

Y en Apocalipsis 21:10, él escribió:

Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios. (Apocalipsis 21:10)

Esta referencia de ser atrapado en el Espíritu es una referencia a algún tipo de experiencia que a Juan como profeta le es dada, en la cual él es llevado a un estado visionario para recibir estas visiones simbólicas. Los antecedentes están en la profecía de Ezequiel en el Antiguo Testamento, donde en un par de puntos Ezequiel habla del Espíritu llevándolo a un lugar y mostrándole cosas que de otro modo no podría ser capaz de ver. Es una experiencia que no entendemos completamente. Tal vez ni aún los profetas la entendían. Pablo habla en 2 Corintios capítulo 12 acerca de ser arrebatado hasta el tercer cielo, si en el cuerpo o fuera del cuerpo, no estaba seguro. No estoy seguro de que ellos entendieron esto, pero era evidente y claro que Dios estaba colocándolos en una posición, donde podían recibir revelaciones visionarias bastante fuera de lo común y podrían traernos estas palabras al escribirlas, poniéndolas en la Biblia con las palabras que el Espíritu Santo les dio a ellos para describir estas visiones y experiencias. [Dr. Dennis E. Johnson]

Exploraremos cada gran sección del libro de Apocalipsis, comenzando con la introducción en Apocalipsis 1:1 al 8.

Introducción

La introducción comienza con un prólogo en Apocalipsis 1:1 al 3, que hace hincapié en la autoridad divina del libro. Tiene su origen en Dios Padre, fue dada a Jesucristo, y se dio a conocer a través de un ángel. Y como profeta de Cristo, Juan fue un mensajero autorizado que transmitió el mensaje de Jesús a las iglesias.

Los versículos 4 y 5 contienen un saludo, en el cual Juan se identifica a sí mismo y a su audiencia. Específicamente, les escribió a las siete iglesias en la provincia romana de Asia, localizada en Asia Menor. Juan también incluyó un saludo: "De Dios el Padre", quien es descrito como: el "que es y que era y que ha de venir"; del Espíritu Santo, cuya plenitud o integridad se simboliza como los siete espíritus ante su trono; y de Jesucristo, a quien Juan llama el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, y el gobernador de los reinos de la tierra.

En los versículos 5 al 8, Juan ofreció una alabanza a Dios, y esta alabanza reveló algunas de sus preocupaciones centrales por su audiencia. Juan alabó a Dios por su soberanía, convencido de que Dios estaba formando toda la historia para sus propios propósitos gloriosos. Él alabó a Dios por la redención en Jesucristo, porque la vida, muerte, resurrección y ascensión de Jesús son la base de cada esperanza mencionada por Juan en su libro.

Y finalmente, él alabó a Dios por la promesa de que Cristo vendría otra vez, el gran evento futuro cuando todo lo que Dios ha planeado y prometido será cumplido.

Los cristianos podemos responder a nuestra futura esperanza. A la completa redención. En un espíritu de esperanza. Esperanza es la segura anticipación de un futuro positivo. Y la extraordinaria y práctica naturaleza de la esperanza es la que nos hace optimistas, nos hace perseverar, nos hace resistentes y nos da en el presente un tipo de gozo anticipado, en la confianza de que lo que se ha sido prometido se convertirá en realidad. Nos sostiene aún más por el sentido de una segura inevitabilidad del resultado por el cual trabajamos actualmente, en el que, lo natural puede ser un poco inestable o incierto desde nuestra perspectiva limitada. [Dr. Glen Scorgie]

La redención final que vamos a recibir mediante Jesús es tan increíblemente hermosa y gloriosa que nuestra respuesta tiene que ser una respuesta total de todo nuestro ser a lo que Dios ha hecho y ha prometido hacer por nosotros en Cristo Jesús. Eso es lo que yo entiendo que 1 Juan capítulo 3 dice, cuando Juan escribió, "Ahora somos hijos de Dios, pero aun no se ha manifestado lo que hemos de ser, pero sabemos esto, que cuando él se manifieste, seremos como él." Así que, cualquiera que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo como él es puro. Si la meta de la redención de Dios es transformarnos a la imagen de Jesucristo, si la meta es traernos a una perfecta unión con él, una perfecta relación de verdadero amor, confianza y obediencia, llenarnos con su amor y su Espíritu, para que no sólo estemos disfrutando el cielo por siempre, sino que por siempre el cielo viva en nosotros, entonces ahora nuestra respuesta puede ser: Señor hazme lo más parecido a Jesús en esta vida como un ser humano puede serlo. No sé cómo sea eso, pero Señor, haz de mi todo lo que tú puedes hacer. Te doy mi todo, te doy mi vida, entrego a ti todo lo que soy. No quiero vivir por nada más y nada menos que tu perfecta y completa obra de redención en mi vida actualmente. [Dr. Steve Blakemore]

Después de la introducción, encontramos la visión de Cristo y su aplicación a las siete iglesias en Apocalipsis 1:9 al 3:22.

Visión de Cristo

La visión de Cristo comienza con la descripción de Cristo y concluye con las cartas de Cristo a las siete iglesias de Asia Menor. Observaremos cada una de estas secciones por separado, comenzando con la descripción de Cristo de Juan en Apocalipsis 1:9 al 20.

Descripción de Cristo

Antes de describir a Jesús, Juan expresa su unidad con sus lectores identificándose a sí mismo como su compañero en el sufrimiento, en el reino de Cristo y en paciente resistencia. El sufrimiento siempre ha sido una realidad en los creyentes.

Pero Juan insistió que en la era del Nuevo Testamento, nuestro sufrimiento tiene un significado especial. Cristo sufrió mientras estuvo en contra del pecado. Y porque los creyentes estamos unidos en Jesús, nosotros también sufrimos. Aun así cada vez que sufrimos, tenemos la consolación de que Dios está presente con nosotros, y que él soberanamente gobierna sobre nuestras situaciones. En cada circunstancia — aún en el martirio — tenemos la victoria sobre el mal y la muerte a través del poder de Cristo.

Juan también indicó que él recibió esta visión mientras él estaba "en el Espíritu." Esto probablemente indica que Juan estaba en un estado de éxtasis espiritual, aún y cuando no fue movido físicamente a otro lugar. Esta es una de las maneras en las que Dios se revela a sí mismo a los profetas en el Antiguo Testamento, también, como lo podemos ver en pasajes como Ezequiel 3:12.

Finalmente, Juan concluye el prefacio diciendo que una voz del cielo lo comisionó para escribir los reportes visionarios a las iglesias en Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia, y Laodicea.

La descripción que Juan hizo de Jesús comienza en Apocalipsis 1:12. Jesús aparece como el "Hijo del hombre", caminando entre los siete candelabros. Estos simbolizaban las iglesias que trajeron la luz de Dios en Cristo al mundo aún bajo la tiranía de la oscuridad. Los candelabros también hacen recordar a los lectores de Juan los muebles en el tabernáculo del Antiguo Testamento y en el templo. Y el hecho de que Jesús ahora está en el tabernáculo celestial delante del torno de Dios. Ya en el capítulo 1:4 Juan marcó una conexión simbólica entre las siete iglesias de Asia Menor y las siete luces del candelabro delante de Dios. En el tabernáculo y después en el templo, Dios manifestó su gloriosa presencia entre su pueblo. Y así como Dios una vez habitó entre su pueblo Israel, Cristo ahora habita entre su iglesia.

Jesús también estaba vestido de una túnica y un cinto, asemejando al sumo sacerdote en el templo judío. Sus ojos eran como llamas de fuego y sus pies como bronce bruñido. Su voz era poderosa, como el correr de muchas aguas, una espada de dos filos salía de su boca. Y su rostro brilló tan intensamente con su gloria que parecía el mismo sol. Esta apariencia mostraba que Jesús era majestuoso, glorioso y poderoso.

Cuando leemos Apocalipsis capítulo 1, una de las cosas más sorprendentes es la visión que vemos ahí de Jesucristo. Lo primero, es que claramente esto es un retrato simbólico de Jesús. No es una imagen que se va a dibujar o tomar literalmente. Pero recordemos que Juan escribió este libro, que es una carta, una profecía, y también una literatura apocalíptica, él escribió este libro para los creyentes que estaban sufriendo, algunos de ellos, dando sus vidas por Jesucristo y por el evangelio. Y vivían bajo la amenaza de perder sus vidas por el evangelio. En el capítulo 1, está la gloriosa imagen de Jesucristo como el Hijo del Hombre, y tenemos varias descripciones de Jesús, vistiendo una túnica sacerdotal. Él es el medio por el cual entramos en la presencia de Dios. Juan lo dibuja con cabello blanco, blanco como la nieve, lo que es muy interesante porque así es descrito en Daniel capítulo 7, la persona con cabello blanco en Daniel capítulo 7 es Jehová. Juan aplica eso a Jesús, mostrando que Jesús es igual a Jehová, que él es totalmente divino. En esta imagen Jesús tiene una espada aguda de dos filos en su boca, obviamente no es literal, pero enfatiza el poder de su palabra que puede cortar y destruir a sus enemigos, por lo que la iglesia puede encontrar consuelo en Cristo. Nos dice que su rostro resplandece de gloria, que él es el glorioso Señor. Jesús le dijo a Juan que, "Él tiene las llaves de la muerte y del Hades." Esto es lo que la iglesia estaba enfrentando. Estaban enfrentando una posible muerte, y estaban naturalmente preocupados, por su futuro. Y Juan lo enfatiza, ¿no es cierto? Que Jesús es soberano, que él es el resucitado, él es el que vive, él es el primero y el último, él ha conquistado la muerte, no tienen por qué temer. ¿Se ve como si Nerón o Domiciano, o cualquiera que pensemos que era el emperador en ese tiempo (lo que es debatible), pero cualquiera que fuera el emperador Romano, se ve como si el emperador estaba en control? o ¿la autoridad política estaba en control? Ellos no estaban en control, Jesús reina, Jesús gobierna. Todo el mundo tendrá que contar con él. Apocalipsis es fundamentalmente un libro de consuelo para la iglesia sufriente, un llamado a la perseverancia, un llamado a confiar que Jesús es el Soberano, el glorioso Señor. Él está caminando en medio de los candeleros. Ellos deben consolarse y fortalecerse y mantener su esperanza y confianza en él. [Dr. Thomas R. Schreiner]

En el capítulo 1, tenemos esta gloriosa imagen de Jesucristo como el Hijo del Hombre, y tenemos ahí varias descripciones de Jesús. Él esta vistiendo una túnica sacerdotal. Es el medio por el cual entramos en la presencia de Dios. Juan lo dibuja con cabello blanco, blanco como la nieve, lo que es muy interesante porque así es descrito de Daniel 7, y la persona con el cabello blanco en Daniel 7 es Yahweh. Sin embargo Juan aplica eso a Jesús, mostrando que Jesús es igual a Yahweh, que él es totalmente divino. En esta imagen tenemos a Jesús con una espada aguda de dos filos en su boca, lo que obviamente no es literal, pero enfatiza el poder de su palabra que puede cortar y destruir a sus enemigos por lo que la iglesia puede encontrar consuelo en Cristo. Nos dice que su rostro resplandece de gloria, que él es el glorioso Señor. Jesús le dijo a Juan que, "El tiene las llaves de la muerte y del Hades." Esto es lo que la iglesia estaba enfrentando.

Estaban enfrentando una posible muerte, y ellos estaban naturalmente preocupados, por su futuro. Y Juan lo enfatiza, ¿no es cierto? Que Jesús es soberano, que él es el resucitado, él es el que vive, él es el primero y el último, él ha conquistado la muerte, no tienen por qué temer. Se ve como si Nerón o Domiciano, cualquiera que tu pienses que era el emperador en ese tiempo (lo que es debatible), pero cualquiera que fuera el emperador Romano, ¿pareciera que el emperador estaba en control, o la autoridad política estaba en control? Ellos no estaban en control, Jesús reina, Jesús gobierna. Todo el mundo tendrá que contar con él.

Por lo tanto Apocalipsis es fundamentalmente un libro de consuelo para la iglesia sufriente, un llamado a la perseverancia, un llamado a confiar que Jesús es el Soberano, el glorioso Señor. El está caminando en medio de los candelabros. Ellos deben consolarse y esforzarse y mantener su esperanza y confianza en él.

Ahora que hemos examinado la descripción de Cristo de Juan, observemos las cartas de Jesús a las siete iglesias en Apocalipsis 2 y 3.

Cartas a las siete Iglesias

Cristo dirigió cartas a las siete iglesias localizadas en Asia Menor, que está en la porción Oeste de la Turquía moderna. Él arregló las cartas en el orden en el que una persona podía repartirlas en un viaje. Él escribió primero a la ciudad costera de Éfeso, después a Esmirna en el Norte, después a Pérgamo aun más al Norte. La siguiente carta, la dirigió al Sureste a Tiatira, después Sardis, después Filadelfia, después Laodicea. Estas cartas grabaron las palabras que Jesús habló en su tribunal celestial, y fueron designadas para ayudar a las iglesias a entender y a responder a las visiones que siguieron. En términos generales, todas estas cartas siguen el mismo patrón básico, con ligeras variaciones en el orden. Este patrón contiene muchos elementos que asemejan las profecías del Antiguo Testamento, y nos recuerdan que Juan servía como profeta de Jesús para estas iglesias.

Primero, cada carta comienza dirigida al ángel de cada iglesia. Algunos intérpretes han tomado esto como una referencia a mensajeros humanos que representan a cada iglesia. Pero en este contexto de una visión celestial, es más probable que estos eran ángeles reales que Cristo asignó a cada congregación local. Segundo, hay una descripción de Cristo elaborada a partir de su aspecto Apocalipsis 1, enfatizando una característica de Jesús que es relevante para la carta. Tercero, hay una reclamación de conocimiento, indicando que Cristo conocía estas iglesias y los detalles de sus vidas.

Cuarto, hay una evaluación de la iglesia que consiste en elogios y algunas veces incluye reproches. Quinto, hay una mezcla de ofrecimientos de bendición y amenazas de maldición, apropiadas para la evaluación de Cristo de la iglesia. Sexto, hay una promesa de que todos los que vencieren heredarán las bendiciones eternas. Y séptimo, cada carta tiene una exhortación a la obediencia a Cristo.

Las similitudes entre las cartas en Apocalipsis 2 y 3 nos alertan sobre las principales ideas en esta sección. Cristo se dirigió a estas iglesias como su legítimo Rey. Él estaba consciente de sus circunstancias presentes y tenía la autoridad para evaluarlas. Él ofreció bendiciones y amenazó con maldiciones para animarlos a la fidelidad. Y les recordó que la salvación eterna era sólo para aquellos que superan las pruebas y tentaciones. Como era de esperar, estos temas también juegan un rol importante a lo largo de todo el contenido principal del libro de Apocalipsis.

Jesús en las siete cartas a las siete iglesias, quiere que la iglesia, los cristianos individuales, muestren fidelidad a él, al ser obedientes, independientemente de lo que esté pasando mediante la oposición, y hay mucho de eso, ellos se mantienen fieles. Notemos, que hay siete iglesias. Es cierto que dos de ellas eran fieles, y me estoy refiriendo a la iglesia en Esmirna y a la iglesia en Filadelfia, y Jesús no tiene más que alabanzas para ellas dos. Ahora las otras, Éfeso, Pérgamo, Tiatira y Sardis recibieron alabanzas pero también condenación. Y tenemos una más, la número siete, y esa es la iglesia de Laodicea, y no hay palabra de alabanza para la iglesia en Laodicea porque era autosuficiente. [Dr. Simon J. Kistemaker]

Observaremos brevemente cada una de estas cartas, comenzando con la carta a Éfeso en Apocalipsis 2:1 al 7.

Éfeso. En esta carta, Juan introduce a Jesús como el que sostiene las siete estrellas en su mano derecha mientras camina entre los siete candeleros de oro. Esta descripción enfatiza la luz de la gloria y el poder de Cristo.

Como su rey, Jesús dio una evaluación mixta de la iglesia en Éfeso. Tenían un celo loable por la sana doctrina, y no toleraban el comportamiento malvado. Dice específicamente que odiaban las prácticas de los nicolaítas, un grupo herético que tenía una mezcla de fe cristiana con erotismo pagano. Pero la iglesia de Éfeso también recibió una fuerte crítica. En Apocalipsis 2:4 Jesús les dijo que ellos habían abandonado su primer amor; habían perdido su entusiasmo y celo por Cristo y su reino. Por lo tanto, Cristo les advierte que si ellos no se arrepienten y regresan a su entusiasmo anterior, él quitaría su candelabro — su símbolo de honor en el cielo. Dicho en otras palabras, ellos serían disciplinados.

Esmirna. La carta a la iglesia de Esmirna aparece en Apocalipsis 2:8 al 11. Esta comienza con una descripción de Jesús como "el Primero y el Último, quien murió, y volvió a la vida otra vez." Esta descripción identifica a Jesús como quien ha creado todas las cosas, y como el punto central del destino final de la creación.

Esta es una de las dos cartas que no incluyen un reproche por haber actuado mal. Se enfoca totalmente en la simpatía y comprensión de la iglesia en Esmirna, quien ha sufrido seria persecución, probablemente de judíos incrédulos.

Podemos ver en Hechos y en otros libros del Nuevo Testamento, que la afirmación de que Jesús es el Mesías de inmediato comienza a dividir las sinagogas. Por ejemplo, Pablo es un buen ejemplo de alguien expulsado de la sinagoga. En Éfeso él va y enseña en un salón de escuela, o comenzamos a ver a los cristianos que se reúnen en las casas, en lugar de las sinagogas. Una de las cosas que puso mucha presión en esa relación desde el principio, es por supuesto, la afirmación de que Jesús es el Mesías, pero también la entrada de los gentiles. Comenzamos a ver que aquellos que predican el cristianismo predican que Jesús es el Señor de todas las naciones. Y comenzamos a ver a los gentiles respondiendo, y de esta manera las diversas sensibilidades acerca de las leyes de comida, de circuncisión, comienzan a traer más presión. Vemos como éste tipo de disputas estallan en Galacia, sobre sí estos gentiles tendrían que guardar o no la ley. La otra cosa que pone mucha presión en esta relación, es la manera en la que ambos se relacionan con Roma y con el poder de Roma. Sabemos, por ejemplo, que el Templo es destruido en al año 70 d. C. e incluso antes de eso, por la revolución judía contra César, y en consecuencia de lo que vemos, hay judíos tratando de restablecer su identidad. Ellos comienzan a discutir eso y cómo debería ser. Y eso aumenta todavía más la separación entre cristianos y judíos. [Dr. Greg Perry]

A pesar de los problemas de los judíos en Esmirna creados por la iglesia, Jesús exhortó a sus seguidores a ser fieles, y los animó a confiar en él porque había vencido a la muerte.

Pérgamo. A continuación Cristo se dirigió a la iglesia en Pérgamo en Apocalipsis 2:12 al 17. En esta carta, Juan introdujo a Cristo como el que "tiene una aguda espada de dos filos." Las palabras de Jesús son de gran nitidez, capaces de juzgar entre lo correcto y lo incorrecto. Y esto era directamente relevante porque su evaluación de la iglesia era tanto positiva como negativa. Escuchemos lo que Jesús dijo en Apocalipsis 2:13 y 14:

No has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás. Pero tengo unas pocas cosas contra ti. (Apocalipsis 2:13-14)

Jesús siguió su elogio con una reprensión: la iglesia había fallado al rechazar a los nicolaítas, así como las enseñanzas que fueron asociadas con Balaam. Estos falsos maestros llevaron a muchos a la juerga pagana y a la inmoralidad. Y Cristo advirtió que disciplinaría a la iglesia si ellos no se arrepentían.

Tiatira. La carta a la iglesia en Tiatira aparece en Apocalipsis 2:18 al 29. Aquí, Juan describe a Jesús como un fuego purificador, con ojos como llamas de fuego y pies como bronce bruñido. Esta descripción se relaciona directamente con el contenido de la carta, porque la iglesia de Tiatira necesitaba ser refinada y purificada. En Apocalipsis 2:19 y 20, Jesús dijo lo siguiente:

Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos. (Apocalipsis 2:19-20)

A diferencia de la iglesia de Éfeso, los de Tiatira no habían perdido su primer amor por Cristo. En cambio, su amor había aumentado. Pero ellos toleraron las falsas enseñanzas de una mujer en particular, a quien Jesús despectivamente llama "Jezabel." Al igual que la infame reina Jezabel que aparece en 1 y 2 de Reyes, esta mujer sedujo al pueblo en inmoralidad sexual e idolatría — dos prácticas estrechamente relacionadas entre los paganos en Asia Menor. Jesús advirtió a esta iglesia a abandonar estas falsas enseñanzas y a mantenerse fieles a él.

Creo que el amor y el celo tienen que ir junto con una fuerte doctrina, para que perduren y sean semejantes a Cristo. Algunas personas tienen un don emocional de amor y fervor, pero ese don emocional sin un fuerte entendimiento de lo que Dios ha dicho en estos 66 libros canónicos, puede fácilmente salirse de control. Hay algunas personas que tiene un don emocional para el estudio, y quieren entender y saber qué es lo que la doctrina tiene que decir, y definitivamente carecen de amor. Pueden llegar a ser fariseos, si no tienen cuidado. Pueden saber todas las cosas, pero sin el componente de amor, pasión, fervor por Dios y por el hombre, definitivamente se pierde la intención. [Dr. Matt Friedeman]

Es importante que reflexionemos en la pregunta del porque nuestro fervor y amor por Jesús necesitan estar combinados, con una sólida doctrina bíblica fundamental. De hecho, esta es una combinación esencial y muy dinámica cuando tienes la pasión del corazón, combinada con la claridad de la verdad en la mente. Inmediatamente viene a mi mente una reflexión del apóstol Pablo, para algunos de sus amigos judíos que habían rechazado a Jesús, eran muy apasionados en su búsqueda de las metas de la fe judía, y él les dice, "Confieso que tienen un celo, pero no está de acuerdo al conocimiento." En otras palabras, la pasión era admirable, pero estaba mal dirigida porque no estaba unida, atada y estimulada por una clara comprensión de la verdad. Es casi como pensar que nuestro fervor es el combustible del tanque de nuestro carro, y las doctrinas son el volante. Si no estás encaminándote en la dirección correcta, el pedal del acelerador realmente se convierte en un instrumento peligroso. Y así debemos tener ese celo canalizado de acuerdo a la verdad, y entonces eso se convertirá en una potente fuerza para el bien. [Dr. Glen Scorgie]

Sardis. Después está la carta para la iglesia de Sardis, en Apocalipsis 3:1 al 6. Aquí, Juan alude a las siete manifestaciones del Espíritu y a las siete estrellas que están en la mano de Jesús para recordar a la iglesia en Sardis que Jesús tiene todo el poder y autoridad. Juan dirigió la atención a la autoridad de Jesús porque su evaluación de esta iglesia fue muy severa. Como leemos en Apocalipsis 3:1 al 3:

Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto. Sé vigilante, y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios… Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón. (Apocalipsis 3:1-3)

La ciudad de Sardis tenía la reputación de ser una gran fortaleza, pero en dos ocasiones había sido capturada por sorpresa. Y Jesús les advierte que él hará algo similar a la iglesia en Sardis si ellos fallan en su arrepentimiento. El vendrá como un ladrón, atacándolos por sorpresa. Pero para aquellos que se mantengan fieles a él, Cristo prometió pureza, vindicación y recompensa.

Filadelfia. La carta de Jesús a la iglesia en Filadelfia aparece en Apocalipsis 3:7 al 13. En esta carta, Juan introduce a Jesús como él que sostiene las llaves de David, lo que significa que Jesús puede abrir las puertas del reino de David para recibir a aquellos que él quiere, y bloquear las puertas para mantener a otros afuera. Las palabras de Jesús para la iglesia fueron positivas, pero también incluyen implícitamente una advertencia. En Apocalipsis 3:8, les dio esta seguridad:

He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. (Apocalipsis 3:8)

Cristo había puesto delante de esta iglesia una puerta abierta, dándoles un oportunidad sin obstáculos para crecer y desarrollarse espiritualmente. Si ellos aprovechaban esta puerta abierta, Cristo haría que sus enemigos se postraran ante sus pies, y los creyentes de Filadelfia heredarían la Nueva Jerusalén. Y el nombre de Dios sería escrito en ellos, significando que ellos serían de él por siempre. Pero de manera implícita, si no aprovechaban esta oportunidad, no recibirían estas bendiciones.

Laodicea. A continuación encontramos la carta de Jesús a la iglesia en Laodicea en Apocalipsis 3:14 al 22. En esta carta, Juan describió a Jesús aquel que sus palabras son el último Amén, esto es, Jesús es la máxima autoridad digna de confianza. Juan también describió a Jesús como el testigo fiel y verdadero, y el gobernante de la creación de Dios. Esta descripción fue diseñada para hacer que los creyentes de Laodicea pusieran atención, porque su evaluación sería muy negativa. Escuchemos lo que dijo Jesús en Apocalipsis 3:15 y 16:

Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. (Apocalipsis 3:15-16)

Laodicea era una ciudad rica situada entre las ciudades de Colosas e Hierápolis. Ambas ciudades Colosas e Hierápolis eran bien conocidas por tener suministros especiales de agua. Colosas tenía aguas frías que provenían de manantiales de las montañas; Hierápolis tenía manantiales calientes. Se pensaba que estos dos tipos de aguas tenían poderes sanadores. Pero el agua de Laodicea era tibia, si ningún poder sanador. Jesús aprovechó estas realidades físicas para describir un punto espiritual: La iglesia de Laodicea era rica, pero su riqueza había alejado su fortaleza espiritual. Esta iglesia necesitaba arrepentirse, o Jesús los rechazaría.

Creo que Apocalipsis capítulos 2 y 3, son absolutamente claves para la carta de Apocalipsis, porque nos dan, en muchas maneras, puntos de aplicación para la iglesia, las características que le son pedidas a las iglesias que manifiesten. Un punto especial es encontrado en la frase final de cada mensaje que se da a la iglesia, que es, el vencer — dice "A la iglesia que venciere…" o "Al que venciere." Y eso nos recuerda la necesidad de perseverar. Pero hay otros temas también, una de las palabras que encontramos en varias ocasiones cuando leemos estos dos capítulos es: "el arrepentimiento". Aquellas iglesias que han fallado en lo que el Señor les ha dicho, tienen que arrepentirse. Ya sea porque han perdido su primer amor, o que han estado siguiendo las enseñanzas de grupos sectarios o grupos heréticos dentro de la iglesia, se les llama al arrepentimiento. El Señor les llama a que vuelvan a él en ese momento. Pero también les llama a aquellos que lo aman, a que sigan amándolo y a aquellos que son perseverantes, a que continúen siéndolo también y a mantenerse en la verdadera fe, pero especialmente a mantenerse en la adoración al Señor. [Dr. David W. Chapman]

Ahora que hemos explorado la visión de Cristo, vayamos a la visión de Juan de los eventos por venir, registrados en Apocalipsis 4:1 al 16:21.

Eventos Por Venir

De acuerdo a Apocalipsis 4:1 y 2, esta visión toma lugar en el trono celestial y revela los eventos por venir y que son futuros a los tiempos de Juan. Ésta se dirige a todas las iglesias juntas, y primordialmente se centra en el futuro como una gran lucha entre las fuerzas del bien y del mal. Esta visión fue designada para animar a la audiencia original de Juan a mantenerse fieles a través de esta batalla en contra del pecado y de Satanás, porque la futura victoria de Dios estaba segura.

La primera cosa que debemos notar acerca de la visión de Juan de los eventos por venir, es que ésta consiste de cuatro series de pequeñas visiones: los siete sellos, las siete trompetas, las siete historias y las siete copas. Algunos interpretes creen que estas series deben leerse cronológicamente, como si ellas proyectaran estados consecutivos de la historia. Pero Juan nunca indicó que este fuera el caso. Por un lado, los marcadores temporales que vinculan estas series juntas — frases como "después de esto" — se refieren al orden en el que él las mostró, no al orden de los eventos revelados en las visiones. Por otro lado, parece que hay un número de eventos históricos únicos en estas visiones que son mencionados en una o más series. Por esta razón, en nuestra lección adoptaremos una perspectiva interpretativa que a veces es llamada "recapitulación."

Generalmente, la recapitulación ocurre cuando un pasaje posterior reitera o repite un pasaje anterior. En el libro de Apocalipsis, este término se refiere específicamente a la idea de que cada serie de visiones describe todo el período de tiempo entre la primera y la segunda venida de Cristo, pero con sus propios detalles y énfasis distintivos.

Recapitulación es en realidad una profecía bíblica muy común. Los profetas del Antiguo Testamento frecuentemente usaban esta técnica, describiendo las mismas series de eventos en diferentes pasajes. Algunas veces la recapitulación usaba imágenes similares, como en Jeremías 30 y 31, donde Jeremías profetizó acerca de la restauración de Israel. En otros momentos, la recapitulación usó diferentes imágenes para describir los mismos eventos, como en Isaías 9 al 11, donde Isaías habló acerca de la venida del Mesías. Vemos las mismas cosas en los juicios que Dios trajo contra Israel en Oseas 9 al 14. Hay también muchos más ejemplos, así que cuando Juan usó esta técnica en el libro de Apocalipsis, él estaba usando una muy conocida estrategia bíblica tradicional para trasmitir su mensaje.

Hay una serie de pistas en las mismas visiones que sugieren fuertemente que Juan estaba describiendo la misma secuencia de eventos desde diferentes perspectivas. Por ejemplo, las visiones de Juan se refieren a lo que podríamos llamar el juicio final de tres maneras diferentes.

En Apocalipsis 6:12 al 17, que forma parte de la visión de los siete sellos, el sol se puso negro, la luna se volvió como sangre, las estrellas cayeron sobre la tierra, y cada persona en la tierra se escondía del juicio de Dios.

En Apocalipsis 11:15, que forma parte de la visión de las siete trompetas, grandes voces decían, "Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo, y él reinará por los siglos de los siglos.

En Apocalipsis capítulo 15:1, que forma parte de la visión de las siete copas, se nos dice que cuando las siete copas son derramadas, la ira de Dios terminará. Cada uno de estos pasajes describen eventos que están asociados con el regreso de Cristo y el juicio final de Dios sobre la tierra. Pero cada serie de visiones, también incluye otros detalles que parecen preceder al juicio final. Por esta razón, parece mejor leer cada serie de visiones como una descripción clara de toda la historia del reino de Dios, previa al regreso de Cristo.

A pesar de que la recapitulación es una opinión generalizada entre los evangélicos, es importante reconocer que algunos no interpretan el libro de Apocalipsis de esta manera. Por lo que en esta lección, no vamos a vincular nuestras interpretaciones con las de la perspectiva de la recapitulación. Aun así, debemos reconocer que la mayoría de los maestros cristianos creen que esta perspectiva tiene el mejor sentido de la estructura literaria de la visión de Juan acerca de los eventos por venir, así como del contenido de esas visiones.

Como hemos visto, la visión de Juan de los eventos por venir se divide en cuatro secciones principales: la visión de los siete sellos, las siete trompetas, las siete historias simbólicas, y las siete copas. Exploraremos cada serie de visiones, comenzando con los siete sellos en Apocalipsis 4:1 al 8:1.

Siete Sellos

La visión de los siete sellos consiste en dos partes principales, comenzando con una descripción del salón del trono celestial de Dios en Apocalipsis 4 y 5. Esta sección nos muestra un importante rollo con siete sellos, y prepara el escenario para la apertura de estos sellos en los capítulos 6 al 8.

Apocalipsis 4:1 al 11 describe una escena en el salón del trono celestial de Dios, y se asemeja a visiones similares en Ezequiel 1, Isaías 6 y otros pasajes del Antiguo Testamento. Dios estaba sentado en su trono, y estaba siendo adorado por criaturas celestiales — incluyendo cuatro que Juan describe con cierto detalle. Cada uno de los cuatro estaban cubiertos de ojos y tenían seis alas. Pero en general tenían diferentes aspectos: uno asemejaba a un león, otro a un becerro, otro a un hombre y otro a un águila. Probablemente ellos representaban a todas las criaturas de la tierra dando alabanza a Dios.

La visión de Juan también mostró a 24 ancianos alrededor del trono de Dios, probablemente enumerados de acuerdo a las doce tribus del Israel del Antiguo Testamento y a los doce apóstoles del Nuevo Testamento. Estos ancianos simbolizaron el pueblo de Dios a través de la historia. Cada vez que los cuatro seres alababan a Dios, los ancianos se postraban, reconociendo su majestad y autoridad, y le prometieron su sumisión, obediencia, y reverencia. Más allá de los ancianos, estaba una multitud de ángeles que expresaban alabanza a Dios, y también alababan al Cordero de Dios.

Esta escena también contiene muchas imágenes de las descripciones del Antiguo Testamento del tabernáculo y del templo; lámparas que estaban ardiendo ante el trono; incienso que representa las oraciones del pueblo de Dios. Había un mar como de cristal, más perfecto que el de bronce en el Antiguo Testamento; y había cantos de alabanza como aquellos ofrecidos por los cantores levitas. Este simbolismo indicó que Juan recibió una visión del salón del trono de Dios, desde donde él gobierna sobre el todo el universo y ejecuta sus juicios. Y esto, les dice a los lectores, que la visión de Juan trató asuntos de gran importancia.

La visión celestial continua en Apocalipsis 5:1 al 14. Dios sosteniendo un rollo en su mano derecha, representando su plan para el destino del mundo. Pero ninguno de los miembros de su corte podía abrir el rollo. En otras palabras, ninguno de ellos podía cumplir su plan. Entonces uno de los ancianos le dijo a Juan que el león de la tribu de Judá podría abrir los siete sellos y leer el rollo. La referencia al león de la tribu de Judá, se puede ver en Génesis 49:9 y 10 donde leemos estas palabras:

Cachorro de león, Judá… No será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus pies, Hasta que venga Siloh; Y a él se congregarán los pueblos. (Genesis 49:9-10)

Esta profecía indica que Judá gobernaría sobre las tribus de Israel, y eventualmente produciría un rey que gobernaría el mundo entero.

Pero cuando Juan observó, se sorprendió al encontrar que el león de Judá era en realidad un cordero, que parecía haber sido inmolado. Por supuesto, el cordero es Cristo. El es el descendiente de Judá, el Rey de Israel. Y se convirtió en el cordero pascual que se dio a sí mismo como sacrificio expiatorio, tal como lo leemos en Juan 1:29. La capacidad de Jesús para abrir el rollo indicó que él era a través de quien Dios podría cumplir todos sus planes para el mundo.

Cuando observamos Apocalipsis 5, hay una gran imagen de Jesús como el león y el cordero. ¿De dónde viene esa imagen? La primera cosa que debemos notar, es el antecedente profético de la imagen, que es una imagen profética que Juan nos da acerca de Jesús. En los antecedentes del Antiguo Testamento, encontramos que esos son temas muy ricos. El león, debe estar asociado con la tribu de Judá desde Génesis 49, donde es profetizado que Judá será un cachorro de león y que el cetro nunca se apartará de Judá, que él gobernará sobre sus hermanos. Éste es un símbolo de victoria, el símbolo del león, es muy poderoso, ¿De dónde viene el cordero? Podríamos mirar hacia el cordero pascual en el Antiguo Testamento quien es inmolado por el pueblo, para el perdón de los pecados. También podemos referirnos al siervo sufriente de Isaías 53, aquel que es herido y llevado como cordero al matadero. Juan toma estas dos imágenes creando una multi-perspectiva de quien es Jesús: él es el león y el cordero. Él es el cordero inmolado, si, el cordero inmolado, el que vencerá, el que es victorioso. Vemos que en Apocalipsis capítulo 5, tiene siete cuernos. Así que la imagen, no es la de uno cordero débil, destruido, o que nunca se levanta, sino la de un cordero conquistador, el cordero que es el león de Judá, y había una asociación de estas ideas con las esperanzas mesiánicas en el judaísmo. Y Juan nos muestra cómo en estas imágenes, la realidad de estas imágenes se cumplen en Jesús. [Dr. Brandon Crowe]

Génesis capítulo 49 habla de un león de la tribu de Judá. Y esto se desarrolló en la expectativa judía como una referencia a la conquista del león guerrero. Por lo tanto, Juan escuchó acerca de este león de la tribu de Judá quien ha vencido. Pero cuando voltea, lo que él ve es la antítesis de un poderoso león conquistador. Él ve un cordero, y no sólo un cordero que es considerado la menos poderosa de las criaturas, sino un cordero inmolado. Y esto nos lleva al corazón del evangelio a través del Nuevo Testamento, y es que Jesús vence, particularmente no expresando poder en el sentido tradicional, sino que Jesús vence en la cruz, muriendo. El poder de Dios se perfecciona en la debilidad. La gloria de Dios es revelada, su triunfo es revelado en el sufrimiento de Jesús. [Dr. Craig S. Keener]

La segunda parte de la visión de los siete sellos es la apertura de los sellos mismos en Apocalipsis 6:1 al 8:1. Éste presenta la apertura de seis sellos, seguido de un interludio, y después la apertura del séptimo sello.

Los primeros cuatro sellos publican los ya bien conocidos cuatro jinetes del Apocalipsis que trajeron calamidades sobre el mundo. La imagen de los cuatro jinetes viene de Zacarías 6, donde se dice que los caballos de diferentes colores son cuatro espíritus del cielo.

Cuando el primer sello es abierto, un jinete en un caballo blanco conquista a las naciones. El segundo sello trajo un jinete en un caballo color rojo bermejo, representando la masacre.

La guerra es la forma obvia de masacre, pero la imagen es suficientemente amplia como para abarcar otras formas de matanza humana también. El tercer sello presentó un jinete sobre un caballo negro que representa la hambruna. Y el cuarto sello trajo un jinete llamado muerte, quien montó un caballo amarillo y representó a la muerte por espada, hambre, plagas y bestias salvajes. Aunque estas calamidades fueron tan terribles, sólo una cuarta parte de la tierra fue afectada. La mayoría escapó de esta parte del juicio de Dios.

Cuando el quinto sello fue abierto, Juan vio una visión de los mártires cristianos en el cielo. Estos santos habían sido muertos porque se habían mantenido fieles a Dios y a su Palabra. Ellos clamaron a Dios que castigara a sus asesinos, pero se les dijo que por el momento Dios todavía no traería su justica. Ellos debían ser pacientes, hasta que el número de aquellos, quienes serían muertos estuviera completo.

Cuando el sexto sello fue abierto, la tierra entera experimentó el juicio de Dios. Hubo un terremoto; el sol se puso negro, la luna se volvió como sangre roja; las estrellas cayeron sobre la tierra; el cielo se desvaneció; y cada montaña e isla fue removida. Esta descripción recuerda las profecías del Antiguo Testamento acerca de la agitación política, como la que encontramos en Isaías 34:1 al 4 y en Joel 2:10 y 11. Ésta era una manera de decir que Dios estaba trayendo su juicio final que destruiría el presente mundo malvado.

Un día los humanos rendirán cuentas y no tendrán excusas ante Dios. Los que temen a Dios le respetaran aun más. Pero aquellos quienes toman estas cosas como un chiste enfrentarán el juicio futuro. Ni siquiera tendrán la oportunidad de orar, su única esperanza será que los montes y las montañas caigan sobre ellos para evitar la ira de Dios. Esta advertencia, es la que Dios preparó específicamente para el pueblo escogido, para que vivan vidas devotas en el temor de Dios, y oren por el poder para vivir de manera santa y agradable a él. [Rev. Dr. Stephen Tong]

Entre la apertura del sexto y el séptimo sello, hay un interludio en Apocalipsis 7. Este interludio describe a la iglesia de maneras que resalta la protección de Dios para su pueblo. Primero, Juan escuchó un anuncio de que 12,000 personas de cada una de las doce tribus de Israel — 144,000 personas en total — han sido selladas por Dios como su pueblo especial.

Aunque estos 144,000 han sido entendidos de diferentes maneras, el texto de Apocalipsis dice que Juan escuchó un anuncio de 144,000, pero cuando él se volteó, vio algo muy diferente. Escuchemos cómo lo describe Juan en Apocalipsis 7:9:

Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero. (Apocalipsis 7:9)

Recordemos que algo similar sucedió en Apocalipsis 5, Juan escuchó un anuncio acerca de un león, luego miró y vio a un cordero. Bueno algo similar pasó aquí. Él escuchó un anuncio acerca de 144,000 judíos, luego miró y vio a una multitud aun más grande formada por judíos y gentiles juntos. En ambos casos, Juan escuchó palabras tomadas de símbolos del Antiguo Testamento — el león y las tribus de Israel.

Pero cuando se volteó para mirar, lo que apareció era mucho más grande de lo que se había anunciado. El simbolismo del león fue cumplido en Cristo, y el simbolismo de las tribus fue cumplido en una gran multitud de creyentes de todas las naciones. Después del interludio, la apertura del séptimo sello es registrado en Apocalipsis 8:1, pero en lugar de un gran y magnifico final, hubo simplemente silencio.

La creación estaba en temor. El silencio creó una dramática tensión para aquellos quienes leen por primera vez las visiones de Juan. ¿Qué era esta misteriosa etapa final de la historia? La respuesta a esta pregunta quedaba por verse en las visiones que siguieron.

Ahora que hemos visto los siete sellos, volvamos nuestra atención a la segunda serie de visiones con respecto a los eventos por venir: las siete trompetas en A¬-pocalipsis 8:2 al 11:19.

Siete Trompetas

La visión de las siete trompetas consiste en una serie de ángeles tocando trompetas. Cada vez que una trompeta suena, otro juicio cae sobre la tierra. Es importante señalar que la visión de las siete trompetas está estructurada de una manera similar a la visión de los siete sellos. La visión presenta seis trompetas, seguidas por un interludio, y entonces una séptima trompeta. Estas trompetas nos recuerdan a las trompetas de los pasajes proféticos en el Antiguo Testamento tales como Oseas 5:8, Joel 2:1, Amós 2:2 y Zacarías 9:14. Estas son trompetas que suenan cuando Dios viene con su ejército angelical, llamando a las huestes celestiales a la guerra contra los enemigos de Dios.

Los primeros cuatro toques de trompetas en Apocalipsis 8:2 al 13 señalan juicios a través del ejército angelical sobre las cuatro principales regiones de la creación. Cuando la primera trompeta sonó, granizó granizo y fuego mezclados con sangre, fueron lanzados en tierra firme. La segunda trompeta sonó y algo como una gran montaña fue lanzada en el mar. La tercera trompeta sonó y una estrella ardiente fue arrojada en las fuentes de agua dulce, haciéndolas amargas e imbebibles. Y con el sonido de la cuarta trompeta, el cielo fue dañado; y una tercera parte del día y de la noche estuvieron sin luz, pero aunque estos juicios fueron muy malos, sólo una tercera parte de cada región fue destruida. Al final de esta sección, sin embargo, un águila advirtió que juicios aun peores estaban por venir.

El sonido de la quinta trompeta está registrado en Apocalipsis 9:1 al 12. Se puso en marcha un ejército de langostas. Juan describe estas langostas como caballos preparados para la batalla, que tenían coronas de oro, caras de humanos, cabellos de mujer, dientes de león y colas de escorpión. Pero su poder estaba limitado. Sólo podían causar estragos en la tierra por cinco meses, y sólo se les permitía atacar a los malvados.

El sonido de la sexta trompeta está registrado en Apocalipsis 9:13 al 21. Ésta desató a los cuatro ángeles del río Éufrates, quienes procedieron a destruir a la tercera parte de la humanidad. Esta sexta trompeta fue seguida por un interludio de dos partes en Apocalipsis 10:1 al 11:14.En un escenario que se asemejaba a la revelación del juicio de Dios a Ezequiel en Ezequiel 2:9 al 3:9, Juan recibió un pequeño libro que contenía mensajes proféticos, y se le dijo que lo comiera, el rollo sabía dulce como la miel, probablemente representando las buenas nuevas de que los planes de Dios para el mundo serían consumados. Pero el rollo también le volvió el estómago amargo, probablemente indicando el sufrimiento que acompañaría la consumación de los planes de Dios.

Esta segunda parte del interludio, registra la visión de Juan de dos testigos quienes murieron por causa del evangelio. Ellos realizaron milagros, llamaron a la gente al arrepentimiento, y advirtieron del juicio venidero. Pero luego fueron asesinados por los enemigos de Dios.

La visión de Juan de los dos testigos remarcó el conflicto más fundamental en la historia: el conflicto entre Jesucristo y sus enemigos. Los dos testigos eran sumamente poderosos, pero sus oponentes eran extremadamente hostiles y mataron a los testigos. Este rígido contraste remarca la realidad de que no hay término medio en el conflicto entre Jesús y sus enemigos. Cada ser humano está con Jesús o contra Jesús.

Después del interludio, el séptimo ángel sonó la séptima trompeta en Apocalipsis 11:15 al 19, cerrando esta sesión de visiones. Apocalipsis 11:15 registra esta proclamación en el cielo al sonido de la séptima trompeta:

Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 11:15)

La séptima trompeta, introduce la adoración que tomará lugar en el salón del trono de Dios, cuando su victoria sobre todos los reinos de la tierra es segura y cuando él ejecute su juicio final sobre toda la creación. Cristo regresará a renovar la tierra; su gloria será completamente revelada; y el reino de Dios se manifestará plenamente a lo largo de toda la creación.

La tercera serie de visiones que se ocupa de los eventos por venir son las siete historias simbólicas en Apocalipsis 12:1 al 14:20.

Siete Historias

Estructuralmente, la visión de las siete historias simbólicas refleja las visiones de los sellos y las trompetas: las primeras seis historias están agrupadas juntas, seguidas por un interludio, y luego la séptima historia simbólica. Pero mientras la visión de los sellos y las trompetas se enfocan en juicios divinos, las siete historias proyectan un conflicto espiritual entre Satanás y el pueblo de Dios. Las historias en estas series giran en torno a personajes simbólicos claves: la mujer, el dragón, la bestia del mar, la bestia de la tierra, los 144,000 creyentes, los mensajeros angelicales y el Hijo del Hombre. El primer personaje simbólico es una mujer embarazada vestida con el sol. Su historia está en Apocalipsis 12:1 al 17, y se asemeja al nacimiento de Jesús y el intento de Herodes por matarlo. La mujer, quien representa al Israel fiel, da a luz al Mesías, Jesucristo. Su hijo fue llevado al cielo, lo que se refiere a la resurrección y ascensión de Cristo al cielo.

Pero la mujer se quedó en la tierra y fue perseguida por el gran dragón. Dios la protegió y el dragón no pudo vencerla, pero ella siguió sufriendo por causa del conflicto. Ésta historia simbólica representa el hecho de que Jesús descendió del pueblo fiel de Dios, y que los verdaderos creyentes continúan sufriendo por causa de Satanás y su reino. La audiencia original de Juan entendía que este conflicto era la raíz de sus problemas, y sentirían aliento de la protección y el cuidado de Dios por la mujer. Al mismo tiempo, ellos entendieron su necesidad de perseverar, ya que la lucha no terminaría pronto.

La siguiente historia simbólica gira alrededor de un enorme dragón rojo, y aparece en Apocalipsis 12:3 al 17. Esta historia es presentada simultáneamente con la historia de la mujer, pero se identifica en Apocalipsis 12:3 como una señal separada. El dragón es descrito como enorme y rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y siete coronas sobre sus cabezas. Y en el:9 es identificado como Satanás mismo. En la visión de Juan, la cola del dragón arrastró una tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. Esta acción puede representar ángeles cayendo para convertirse en demonios, o simplemente una agitación política como en Isaías 34:4 y Marcos 13:25. El dragón atacó a la mujer y al niño, remarcando la lucha intensa entre Satanás y el pueblo de Dios.

En la historia del dragón, también hubo una guerra en el cielo, en la cual Miguel y los ángeles lucharon contra el dragón. Miguel echó a Satanás y a sus ángeles a la tierra.

Una vez arrojado a la tierra, Satanás buscó a la mujer para perseguirla. Pero Dios la protegió, así que Satanás se volvió para atacar a sus descendientes — creyentes que obedecen a Cristo y mantienen el testimonio de Cristo. Esta historia simbólica habría ayudado a los lectores de Juan a entender que ellos estaban siendo perseguidos por causa del odio que Satanás le tiene a Dios, y estaban en el proceso de una guerra espiritual. Aun así, Satanás fue derrotado ya, y la iglesia sufrirá persecución sólo hasta que el tiempo limitado del dragón se termine.

La tercer historia simbólica gira alrededor de la bestia del mar, y se encuentra en Apocalipsis 13:1 al 10. Esta bestia tiene las características de un león, un oso, y un leopardo, similar a la bestia en Daniel 7 que representa a los reinos idólatras. Ésta sugiere que la bestia del mar simboliza todos los poderes políticos que se oponen al reino de Jesucristo. Juan también escribió que la bestia tenía una horrible cicatriz de una herida previa que debería haber sido fatal.

El dragón le dio a la bestia del mar el poder y la autoridad sobre todos los reinos de la tierra, y todos los habitantes de la tierra adoraron a la bestia. Se le dio poder aun para hacer guerra contra los santos y para conquistarlos. Los lectores de Juan probablemente asociaron a esta bestia con el emperador o el Imperio Romano, así como con la adoración al emperador. Ellos debieron haber visto la necesidad de resistir a la bestia, y de mantenerse fieles a Cristo.

La cuarta historia simbólica se centra en una segunda bestia — una que surge de la tierra. Esta historia se encuentra en Apocalipsis 13:11 al 18. La bestia de la tierra tiene dos cuernos como los de un carnero pero habla como un dragón. Ésta sirvió a la bestia del mar, y realizó señales milagrosas para hacer que el mundo adorara a la otra bestia. También forzó a la gente a recibir el sello de la bestia en su mano derecha o en su frente. Juntas, ambas bestias, intentaron conquistar el mundo entero.

Es probable que los lectores de Juan hayan conectado esta bestia con el culto cívico romano que obligó adorar al emperador, amenazando con matar a aquellos que rechazaran adorar al emperador. Como la historia de la bestia del mar, éste les habría exhortado a resistir la idolatría y a ser fieles a Jesús.

La quinta historia simbólica trata de los 144,000 creyentes que pertenecen a Dios, y aparece en Apocalipsis 14:1 al 5. Basados en el hecho de que el nombre de Dios estaba sellado en sus frentes, parecen ser el mismo grupo mencionado en Apocalipsis 7:1 al 8. El sello del nombre de Dios en sus frentes contrasta con la marca de la bestia en las frentes de aquellos que obedecen a la bestia de la tierra. En la visión de Juan, estos 144,000 creyentes estaban con el Cordero en el Monte de Sión adorando a Dios.

Esta historia simbólica aseguró a los lectores de Juan que los verdaderos creyentes finalmente escaparán del dragón y de la bestia y recibirán la bendición de Dios. A pesar de la intensa persecución, los fieles creyentes serán encontrados puros y sin mancha.

La sexta historia simbólica es una visión de tres mensajeros angelicales, encontrada en Apocalipsis 14:6 al 11. En la visión de Juan, el primer ángel proclamó el evangelio eterno, llamando a la gente a temer a Dios y adorarlo. El segundo ángel anunció la caída de la gran Babilonia, la ciudad capital de aquellos que se opusieron al reino de Jesucristo. Y el tercer ángel declaró el juicio final de cada uno de los que siguieron y adoraron a la bestia. Estos mensajeros comunicaron que el evangelio de Cristo triunfaría sobre cada reino opositor, y cuando Jesús regrese sus enemigos serían eternamente condenados.

La descripción de Juan de estos mensajeros angelicales, debió haber animado a sus lectores a que, a pesar de que a veces parece que la iglesia está siendo derrotada, el reino de Cristo eventualmente conquistará a sus adversarios. Y si alguno de los lectores de Juan estaba considerando adorar al emperador para tratar de evitar la persecución, esta historia les alentaría a resistir la tentación.

Después de los mensajeros angelicales, Juan incluyó un pequeño interludio en Apocalipsis 14:12 y 13. En este interludio, Juan exhortó al pueblo de Dios a perseverar — a resistir la cultura idolatra que les rodeaba. Y las voces del cielo proclamaban que aquellos quienes se mantuvieran fieles, finalmente recibirían las bendiciones y el descanso de Dios.

La última historia simbólica describe a uno "semejante al Hijo del Hombre," que está sentado en una nube blanca y viene a recoger su cosecha. Esta historia se encuentra en Apocalipsis 14:14 al 20. La frase "semejante al Hijo del Hombre" es también usada en Apocalipsis 1:13, donde específicamente se refiere a Jesús. Y está claro a partir de las acciones y contexto de Apocalipsis 14, que este Hijo de Hombre es también Cristo. Las imágenes en esta historia son tomadas de Daniel 7:13, donde uno "como un hijo del hombre" viene en las nubes para entrar en la corte celestial de Dios.

En la primera historia de esta serie, la historia de la mujer, Jesús fue representado como un niño que fue llevado al cielo. Pero en la culminación de estas historias, Jesús fue representado como el Hijo del Hombre recogiendo su cosecha de fieles seguidores como un cosechador de grano. Entonces un segundo cosechador — este es un ángel — cosechó los últimos habitantes del mundo y aplastó su sangre en el lagar de la ira de Dios. Esta visión declaró la futura victoria final de Jesús. Ésta mostró que la historia se está moviendo hacia un gran clímax, donde aquellos que son fieles a Jesús serán vindicados, pero aquellos que no lo son serán destruidos.

Los lectores originales de Juan debieron haber encontrado esto alentador. Ellos debieron reconocer que su sufrimiento no era nada en comparación con la ira que Dios derramaría sobre sus enemigos. Y ellos debieron haber encontrado esperanza y confianza en el hecho de que eventualmente serían vindicados y bendecidos.

A menudo sentimos la tensión de enfrentarnos al tema de cómo un Dios amoroso puede enviar gente al infierno incluyendo a sus enemigos. Creo que una de las razones por las que luchamos con eso, es porque hemos abstraído el atributo del amor de Dios, que es un atributo verdadero. Lo hemos abstraído de su carácter, de la narrativa de las Escrituras, y lo hemos sentimentalizado en exceso. Queremos tener cuidado de no dividir la realidad holística del carácter de Dios. Y si tomamos nuestra comprensión del amor de Dios, en relación con nuestra comprensión de su santidad, nos daremos cuenta de que aunque el infierno y el juicio final son una triste realidad, Dios es absolutamente recto y justo para juzgar a los no arrepentidos en el infierno. Si no lo hiciera, no podríamos decir que él es bueno. Si no estimara la apropiada adoración al único y verdadero Dios en las Escrituras, no podríamos decir que él es bueno, si él mirara de reojo al pecado no podríamos decir que él es bueno y lo tratara como si no fuera gran cosa. Entender el atributo del amor de Dios es fundamental. No queremos aislarlo de lo que conocemos del carácter de Dios, revelado en las Escrituras. [Dr. Robert G. Lister]

De la serie de visiones de las historias simbólicas, los lectores originales de Juan debieron haber recordado que Cristo ya había vencido a Satanás en la cruz. Y ya que Satanás falló en vencer a Cristo en su primera venida, los creyentes pueden tener completa confianza que Satanás fallará esta vez también. Eventualmente, Cristo regresará y destruirá a Satanás y a sus bestias. Y mientras tanto, los creyentes sufren persecución como resultado de los gritos ahogados de su enemigo derrotado.

Ahora que hemos examinado los siete sellos, las siete trompetas y las siete historias simbólicas, vayamos a la cuarta serie de visiones acerca de los eventos por venir: las siete copas de la ira de Dios, en Apocalipsis 15 y 16.

Siete Copas

La visión de las siete copas presenta siete ángeles que derraman siete copas de oro de la ira de Dios contra los malvados. Esta visión sigue la misma estructura que las visiones de los sellos, las trompetas y las historias: seis copas seguidas de un interludio, y después la séptima copa es derramada.

Y también hay otros paralelos dignos de mencionar. Por ejemplo, como las primeras cuatro trompetas, las primeras cuatro copas devastaron las cuatro principales regiones del mundo: la tierra seca, el mar, el agua dulce y el cielo. Pero mientras que los juicios de las trompetas afectaron sólo una tercera parte de la tierra, las copas afectaron al mundo entero.

La primer copa infligió una plaga de úlceras dolorosas en todos aquellos que tenían la marca de la bestia y adoraban su nombre. La segunda copa convirtió el mar en sangre. La tercer copa convirtió el agua dulce de los ríos y manantiales en sangre. Y la cuarta copa creó un calor abrazador del sol. A pesar de estas devastadoras plagas, el pueblo maldijo a Dios y rehusó arrepentirse.

La quinta copa fue derramada sobre el trono de la bestia. En Apocalipsis 13, se ve claramente que esta bestia es la bestia del mar, cuyo gobierno fue apoyado por la bestia de la tierra. Esta copa hundió el reino de la bestia en la oscuridad, pero sus seguidores siguieron maldiciendo a Dios y rehusando arrepentirse. Cuando la sexta copa fue derramada, secó el río Éufrates, despejando el camino para que los reyes del Oriente invadieran la Tierra Prometida de Dios. De acuerdo a Apocalipsis 16:16, una batalla decisiva entre los reinos del Este y el pueblo de Dios, se libraría en el Armagedón o el Monte Meguido. En el antiguo Israel, Meguido fue una ciudad clave a lo largo de una principal ruta comercial entre los reinos de Mesopotamia y Egipto. Enormes ejércitos podían reunirse en el vecino Valle de Jezreel, o como algunas veces se le llama, la llanura de Esdrelón. Y el pueblo de Dios había logrado previamente victorias militares en Meguido. Por lo tanto, éste era un símbolo apropiado para describir la batalla climática entre los siervos de Dios y sus enemigos. La siguiente visión de Juan se detuvo por un interludio en Apocalipsis 16:15, donde leemos este anuncio:

He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus ropas, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza. (Apocalipsis 16:15)

Recordando su carta a la iglesia de Sardís en Apocalipsis 3, Cristo exhortó a sus seguidores a permanecer vigilantes y fieles en todo momento.

Después del interludio, la séptima copa provocó la destrucción final de los malvados. Truenos y relámpagos caían. Un terremoto destrozó las ciudades de las naciones. Islas se hundieron. Montañas se derrumbaron. Y granizos gigantes aplastaron a la humanidad. Este fue el final de la era — la destrucción del mundo presente que tomará lugar cuando Cristo regrese.

La serie de las siete copas completan las visiones de Juan de los eventos por venir, los sellos, las trompetas, las historias y copas, todas demuestran el compromiso de Dios de intervenir en la historia para asegurar la seguridad y bendición de su pueblo. En los días de Juan, el imperio romano parecía invulnerable para las iglesias de Asia Menor. Y muchos enemigos modernos de la iglesia pueden parecer igualmente poderosos. Pero Dios ha determinado destruir a sus enemigos y a nuestros enemigos. Y esto debería motivar a cada cristiano en cada era a mantenerse fiel a Cristo, aun cuando enfrentemos severa oposición u opresión.

Ahora que hemos examinado la primera y segunda visión de Juan, vayamos a su visión del castigo de la gran ramera en Apocalipsis 17:1 hasta el 21:8.

La Gran Ramera

Esta visión toma lugar en el desierto. De acuerdo a Apocalipsis 17:1, toda esta visión se enfoca en el castigo de la gran ramera, incluyendo el regreso de Cristo, en la batalla final en donde las fuerzas de maldad son completamente derrotadas, el reinado de los que son fieles a Cristo, y la final renovación de los cielos y la tierra. Juan designó esta sección para llamar la atención de su audiencia a las bendiciones finales de aquellos que fueron fieles a Cristo, y para las maldiciones finales que caerían sobre aquellos que no lo fueron. Este doble enfoque debió inspirar a sus lectores a buscar las bendiciones de Dios y a evitar su juicio.

Hay dos pequeñas series de visiones dentro de la visión del castigo de la gran ramera. La primera trata con el juicio de Dios sobre Babilonia, y la segunda se enfoca en el reinado de los santos. Observaremos estas dos series, comenzando con el juicio de Babilonia en Apocalipsis 17:1 al 19:21.

Juicio Sobre Babilionia

Como las visiones de Juan sobre los sellos, trompetas, historias y copas, sus visiones relacionadas con el juicio de Babilonia también recapitulan la historia de la iglesia. En Apocalipsis 17:1 al 6, la ciudad de Babilonia es presentada como una ramera. Ella viste ropas atractivas, y es adornada de oro, piedras preciosas, y perlas. Su apariencia y prostitución son un símbolo de todos los placeres ilícitos que seducen al pueblo de Dios, a alejarse de la verdadera adoración y de la vida fiel. Pero significativamente, ella aparece en el desierto, lo que implica que no puede cumplir con su ofrecimiento de lujo y placer. Y para confirmar este hecho, ella sostiene una copa llena con cosas abominables y la inmundicia de su fornicación.

La ramera también se sienta sobre una bestia escarlata que tiene siete cabezas y diez cuernos. Esta es la bestia del mar descrita en Apocalipsis 13. Está cubierta de nombres blasfemos, simbolizando su propia maldad y la idolatría de aquellos que le siguen. El significado de las imágenes de la ramera y de la bestia son entonces reveladas en el resto de la serie. Como las series anteriores de los sellos, trompetas, historias y copas, la estructura de esta serie presenta seis mensajes de juicio y lamento, seguidas de un interludio. Pero en lugar de un séptimo mensaje que describe la batalla final entre Cristo y sus enemigos, esta serie termina con una visión de la batalla misma.

El primer mensaje, se encuentra en Apocalipsis 17:7 al 18. Interpreta los detalles de la visión de la ramera y de la bestia. Podemos resumir este mensaje diciendo que Dios destruirá completamente a cada uno y a cada cosa que se le oponga. El segundo mensaje, en Apocalipsis 18:1 al 3, declara la total derrota de Babilonia y todas las naciones, reyes y comerciantes que ha seducido. El tercer mensaje, registrado en Apocalipsis 18:4 al 8, llama al pueblo de Dios a rechazar a Babilonia, y a separarse de su inmoralidad. Y el cuarto mensaje, reportado en Apocalipsis 18:9 al 20, contiene tres lamentos de los reyes, comerciantes y marineros que habían adorado a la bestia y se beneficiaron del lujo de Babilonia. Tristemente, estos lamentos no inspiraron arrepentimiento y fidelidad a Cristo. En cambio, los reyes, comerciantes y marineros añoraron con nostalgia la anterior prosperidad de Babilonia.

En cada uno de estos mensajes, Babilonia representa cada nación y cada organización que se opone al gobierno de Cristo. Los mensajes animan a los seguidores de Cristo proclamando que el Señor destruirá a todos sus enemigos, y que los malvados llorarán la pérdida de placeres pecaminosos. Pero los mensajes también advierten a la iglesia a no cometer estos mismos pecados, para que no caigamos bajo el mismo juicio.

Pienso que la idolatría y la inmoralidad son atractivos para los no-creyentes y para los creyentes también. Es muy simple. Es el fruto prohibido. Es lo que yo quiero. Tal vez hay algo que se supone que no debo tener, pero hay algo dentro de nosotros que dice tómalo de todas maneras. Es más, frecuentemente se siente bien, la inmoralidad se siente bien. Sacia algo en el momento, pero ese es el punto. Algo que sacia el momento no necesariamente es duradero, noble, un valor santo que debe tenerse y por eso debemos caminar en fe para decir lo que la Biblia llama idolatría, lo que la Biblia llama inmoralidad, y yo voy a aceptar esas definiciones. Aunque en el momento no se sienta bien, sé que tiene un valor duradero. Y nos muestra una vez más la manera en la que Dios quiere que vivamos. [Dr. Matt Friedeman]

El quinto mensaje en el juicio de Babilonia aparece en Apocalipsis 18:21 al 24, y pronuncia la completa y permanente destrucción de Babilonia.

El sexto mensaje en esta serie es registrado en Apocalipsis en el 19:1 al 8, y contiene la exuberante alabanza del pueblo de Dios en los cielos. En respuesta al juicio contra Babilonia, el pueblo fiel de Dios lo adora a él. Y su alabanza continúa a medida que reconocen que el juicio contra Babilonia ha despejado el camino para la boda entre el cordero, que es Cristo, y su esposa, la iglesia.

A continuación un interludio interrumpe el mensaje en Apocalipsis 19:9 y 10. En este interludio, se le ordena a Juan que escriba una bendición para todos aquellos que participan en la cena de la boda del cordero.

Finalmente, esta serie de visiones concluye con la batalla final entre Dios y sus enemigos, registrada en Apocalipsis 19:11 al 21. Cristo aparece como el guerrero divino y hace la guerra contra todos los enemigos de Dios. Estos enemigos son dirigidos por la bestia y el falso profeta, quienes son respectivamente, la bestia del mar y la bestia de la tierra de Apocalipsis 13. Y no hay competencia; la bestia y el falso profeta son derrotados para siempre. Escuchemos como Apocalipsis 19:20 describe su caída:

Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales… Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre. (Apocalipsis 19:20)

La batalla final concluye todas las guerras que Dios libró por su pueblo, y completa la victoria que Cristo ganó en la cruz.

Ahora que hemos explorado el juico sobre Babilonia, examinemos la serie que trata con el reinado de los santos en Apocalipsis 20:1 al 21:8.

Reinado de los Santos

Esta serie sobre el reinado de los santos incluye tres partes, comenzando con los mil años de reinado de los santos, comúnmente llamado el milenio, en Apocalipsis 21:1 al 10. En esta sección, Juan vio un ángel que descendió del cielo y se unió al dragón, quien es Satanás. Juan vio que por los siguientes mil años, Satanás permanecería atado mientras los fieles mártires cristianos vienen a la vida y reinan con Cristo. Juan también vio que después de los mil años, Satanás será liberado para reunir a las naciones para la batalla final contra Dios, como se describe en Apocalipsis 19. Al final de esta batalla, todos los enemigos de Dios serán permanentemente destruidos. Aún Satanás mismo, será lanzado al lago de fuego y azufre para siempre.

La mayoría de los intérpretes reconocen que, como el resto de la profecía apocalíptica de Juan, Apocalipsis 20 es muy simbólico. Y los creyentes interpretan estos símbolos en una amplia variedad de formas. De hecho, en el libro entero de Apocalipsis, sería difícil encontrar un pasaje más debatido que este.

En términos generales, hay cuatro escuelas principales de interpretación para este pasaje. Cada una lleva su nombre en parte por su entendimiento del milenio o los mil años mencionados en este pasaje. Estas cuatro escuelas de interpretación son: premilenialismo histórico, premilenialismo dispensacional, postmilenialismo y amilenialismo.

El premilenialismo histórico y el premilenialismo dispensacional, son ambos sistemas premileniales, lo que significan que ellos creen que Jesús regresará antes que comiencen esos mil años. En contraste el postmilenialismo y el amilenialismo, son ambos sistemas postmileniales, lo que significa que ellos creen que Jesús regresará después que estos mil años terminen. Observemos cada uno de estos sistemas con un poco más de detalle.

Premilenialismo histórico es llamado "histórico", porque es la visión premilenial que ha sido sostenida, por diferentes grupos y teólogos a través de la historia de la iglesia. Ésta enseña que después de que Jesús regrese, Satanás será atado y Jesús marcará el inicio del milenio. Un período de mil años de paz y prosperidad terrenal. Los creyentes recibirán cuerpos resucitados al inicio del milenio. Los no-creyentes no recibirán cuerpos resucitados, vivirán vidas más largas de las que ahora tienen, pero seguirán estando muertos. Cuando el milenio termine, la rebelión de Satanás tomará lugar, seguida por el juicio final. Y entonces el reino eterno de Dios sobre los nuevos cielos y la nueva tierra comenzará. Esta visión entiende que Apocalipsis 20 sigue cronológicamente después del 19.

El premilenialismo dispensacional comenzó a ser enseñado a partir del año 1830. Hay variaciones con este punto de vista, especialmente en lo que respecta a los tiempos de los eventos finales antes del milenio. Pero en general, el premilenialismo dispensacional enseña que cuando Jesús regrese, el restaurará la nación de Israel y visiblemente reinará sobre las naciones desde su trono en Jerusalén. Cerca del fin del milenio, Satanás instigará una rebelión, pero Dios derrotará completamente a Satanás y a sus ejércitos. Después, el último juicio tomará lugar, y entonces el reinado eterno de Dios sobre los nuevos cielos y la nueva tierra comenzará. Al igual que el premilenialismo histórico, este punto de vista entiende que Apocalipsis 20 sigue cronológicamente después del 19.

En contraste con el premilenialismo histórico y dispensacional, el postmilenialismo enseña que Jesús regresará después del milenio. Se cree que el milenio se comprende del período existente entre la primera y la segunda venida de Cristo, o los últimos mil años antes de que él venga. En cada caso, durante el milenio Jesús gobernará desde el cielo, a través de la iglesia terrenal. Y su reino se expandirá progresivamente para cubrir y mejorar toda la tierra.

El amilenialismo literalmente significa "no milenio" ésta toma su nombre del hecho que niega que el milenio son mil años literales. Ésta enseña que el milenio consiste en el reinado de Jesús sobre toda la tierra, desde su trono en el cielo y a través de su iglesia; y que Jesús regresará al final del milenio. Amilenialismo es distinto al postmilenialismo en una variedad de formas. Por un lado, todas las formas de amilenialismo afirman que el milenio es todo el período entre la primera y la segunda venida de Cristo. Por otro lado, el amilenialismo no insiste en que el reino milenial de Jesús y de sus santos expandirá progresivamente el reino y mejorará el mundo. Desde una perspectiva amilenial, los cristianos experimentarán tanto las bendiciones del reino de Dios y la gran tribulación en la tierra, hasta que la victoria final se logré cuando Cristo regrese.

Hay una constante mundial, y consiste en el punto de vista cristiano de cosas que están pasando hacia el final de los tiempos. Podemos encontrar estas doctrinas principales y sus elementos, en el Credo de los Apóstoles. Por ejemplo, dice que Jesús ascendió al cielo, y desde el cielo regresará a juzgar a los vivos y a los muertos. Por lo tanto todos creemos que va a haber un juicio final, y Jesús va a regresar, él va a estar involucrado, tanto en los vivos como en los muertos. Por supuesto, tenemos diferencias sobre los detalles de cómo esto va a funcionar, pero todos estamos de acuerdo en que ese es el caso. Y entonces después en el Credo dice que creemos en el perdón de los pecados, la resurrección del cuerpo. Esto es un elemento de cristianismo ecuménico ortodoxo del que muchos cristianos ni siquiera lo entienden aún más, de que creemos que habrá una resurrección general, física, del cuerpo. Es decir las personas no van a existir como espíritus para siempre; van a recibir sus cuerpos otra vez. De hecho, los cristianos recibirán cuerpos glorificados al igual al que Jesús tuvo en su resurrección. Así que esta es otra enseñanza que debe ser sostenida por todos los cristianos aunque no estemos totalmente de acuerdo en los detalles. Por lo tanto creemos en "la resurrección del cuerpo y la vida eterna. Amén." Eso quiere decir que una vez que se da este juicio, resurrección del cuerpo, también creemos que habrá un nuevo mundo, un nuevo día, vida eterna que seguirá y seguirá y seguirá. Y de acuerdo a la Biblia, no es que estaremos en el cielo flotando alrededor de las nubes sino en lo que la Biblia llama "los nuevos cielos y la nueva tierra". Cuando Jesús regrese, reinará sobre la tierra y nosotros reinaremos con él. Estos son los elementos de nuestras perspectivas de los últimos tiempos o la escatología que todas las variedades de cristianos deberían ser capaces de afirmar. [Dr. Richard L. Pratt, Jr.]

Coincidimos que va a ser un gobierno y un reinado del Señor Jesucristo a través de su evangelio, ya se trate de su presencia personal inmediata o eventual, es una pregunta que no tenemos clara. Pero sabemos que él va a gobernar, a reinar, y va a haber una manifestación del poder del evangelio. Sabemos que va a juzgar y habrá un juicio de ovejas y cabras y habrá algunos que serán arrojados en el castigo eterno porque ellos no tienen perdón de sus pecados por medio de él, y habrá otros que serán llamados a entrar en la gloria que está preparada para ellos desde antes de la fundación del mundo. Sabemos que estas cosas son ciertas. Estamos de acuerdo con estas cosas. Sabemos que el cielo será un lugar donde habitará la justicia y Cristo mismo reinará, y nos gloriaremos en él, no habrá duda del poder y la maravilla de Jesucristo. Todos nosotros estamos de acuerdo con esto, y podríamos seguir con otras verdades acerca de las últimas cosas, de escatología, como le llamamos, de la palabra "eschaton". El número de cosas en las que estamos de acuerdo por la claridad de Apocalipsis es realmente asombrosa. Creo que debemos ser cuidadosos de no enfocarnos tanto en esas áreas en las que estamos en desacuerdo, tenemos que continuar con una discusión fraternal acerca de esto, no tenemos que dar la impresión de que la Biblia no es clara y en realidad no podemos entenderla porque hay un gran número de verdades tremendamente importantes en las que si estamos de acuerdo cuando las discutimos. [Dr. Thomas J. Nettles]

Es importante reconocer que los creyentes evangélicos no siempre están de acuerdo, y que el tema del milenio ha sido históricamente un área de controversia. Pero independientemente de cual interpretación milenaria tomemos, todos los cristianos evangélicos estan de acuerdo en que Cristo regresará y logrará la victoria sobre el mal, que Satanás finalmente será vencido, y que el pueblo de Dios vivirá por siempre bajo el reinado de Cristo en una creación restaurada. Todos compartimos estas mismas convicciones. Y podemos encontrar gran consuelo y aliento en las enseñanzas bíblicas acerca del milenio.

La segunda parte de la serie sobre el reinado de los santos trata con el último juicio de Dios sobre sus enemigos, en Apocalipsis 20:11 al 15.

En esta parte de la visión, Juan atestiguó la sentencia del juicio final sobre la humanidad, basado en sus obras. Este juicio incluyó a todos los que han vivido. Los creyentes, cuyos nombres están escritos en el Libro de la Vida fueron separados, de la terrible ira de Dios. Pero el resto de la humanidad fue condenada por sus pecados. Este aspecto del juicio final elimina por completo la presencia y los efectos del pecado en el mundo, dando paso a los nuevos cielos y a la tierra nueva.

Finalmente, la tercera parte de esta serie sobre el reinado de los santos se enfoca en el último juicio del pueblo de Dios, en Apocalipsis 21:1 al 8.

Juan vio que el último juicio del pueblo de Dios sería una gran bendición. Los cielos y la tierra serían hechos nuevamente, y la Nueva Jerusalén descendería desde el cielo como la ciudad capital de la tierra nueva. Este simbolismo apunta al hecho de que Dios habitará entre su pueblo en los cielos nuevos y la tierra nueva. Dios hizo esto en el pasado en el Jardín del Edén, en el tabernáculo, y en el templo. Y ahora él habita con nosotros en Cristo, pero en los cielos nuevos y la tierra nueva, nuestra comunión con Dios será mayor, porque él manifestará su gloria entre nosotros, y él vivirá en su presencia física para siempre.

Lo que me gusta enfatizar, es el hecho de que tenemos un cielo nuevo y una nueva tierra, que cuando el Señor regrese y traiga todo a su fin, no sólo vamos a tener una tierra nueva, sino que incluso el cielo mismo será uno nuevo. [Dr. William Ury]

Habiendo examinado la visión de Juan del castigo de la ramera, vayamos a su visión de la esposa del cordero. La visión es registrada en Apocalipsis 21:9 al 22:5.

Esposa del Cordero

En su cuarta visión, Juan fue llevado a un monte alto. De acuerdo con Apocalipsis 21:9, esta visión se refiere a la novia, la esposa del cordero, que fue la Nueva Jerusalén. Esta visión describe la eterna belleza, paz, salud, prosperidad y regocijo que existirá después de que el mundo haya sido limpiado de la influencia y presencia de todos los enemigos de Dios. Y cuando la audiencia original de Juan leyó sobre esto, fueron animados a buscar las bendiciones de Dios viviendo de acuerdo a sus ideales, y esperando el cumplimiento de la salvación que vendrá cuando Cristo regrese.

Una de las escenas que vemos concluir en el libro de Apocalipsis es el surgimiento de la nueva ciudad, la Nueva Jerusalén, que viene a esta tierra. Que viene a este plano terrestre. También notamos que una de las principales imágenes de esta nueva realidad es el árbol de la vida, que es una clara referencia del Jardín del Edén en Génesis 1. En un sentido, la creación comienza en un jardín, pero en otro sentido va a terminar en una ciudad; pero parecen estar conectadas de alguna manera. La imagen que yo tengo de esto que parece comportarse bastante bien con mi lectura de Apocalipsis, es este mundo menos el mal, y si se ofrece esa proposición, creo que sería una alternativa bastante atractiva, vivir en mundo donde no hay lágrimas, muerte, dolor, sufrimiento, donde no hay separación de algún sentido entre nosotros y nuestro Dios creador. [Dr. Bradley T. Johnson]

La Nueva Jerusalén esta descrita en Apocalipsis 21:9 al 27. Fue preparado en el cielo, y entonces traído a la nueva tierra. La ciudad fue formada como un cubo perfecto. En el Antiguo Testamento "el Lugar Santísimo" tanto en el tabernáculo, como en el templo era un cubo. En consecuencia, así como Dios manifestó su santa presencia en "el Lugar Santísimo", así él revelará su gloria a su pueblo de la Nueva Jerusalén.

Tanto en las dimensiones como en las descripciones de la Nueva Jerusalén se menciona frecuentemente el número doce. En el Antiguo Testamento, este número está asociado con las doce tribus de Israel, representando al pueblo de Dios en esa era. Y en el Nuevo Testamento, el número doce está asociado con los doce apóstoles, representando al pueblo de Dios en esa era. Esto sugiere que en la Nueva Jerusalén, el pueblo de Dios está presente en toda su diversidad y culturas distintivas.

En la Nueva Jerusalén, el río de la vida fluía desde el trono de Dios a través del centro de la ciudad. Este nutre al árbol de la vida, cuyas hojas trajeron sanidad a todas las naciones. Esto simboliza el hecho de que en la nueva tierra, la maldición del pecado será erradicada de la creación. El mundo entero será completamente renovado y sano de todos los conflictos con el pecado que han plagado a los humanos caídos a través de la historia. Finalmente, Juan dijo que la Nueva Jerusalén brilló con la gloria de Dios. Las joyas y piedras preciosas de la ciudad reflejan su riqueza, belleza y esplendor. Y más allá de esto, el esplendor de Dios llenó la ciudad, así que ésta no necesita otra fuente de luz, incluyendo el sol o la luna.

La pregunta es si los cielos y la tierra actuales van a ser destruidos para hacer espacio para los nuevos cielos y la nueva tierra prometidos en Apocalipsis 21. Yo lo describiría más bien como una transformación radical —subrayando radical. De alguna manera es como si fuera una destrucción — pero el patrón es el patrón del mismo cuerpo de la resurrección de Cristo. Su cuerpo resucitado fue transfigurado, en comparación con lo que era antes de morir, pero sigue teniendo las marcas de los clavos en sus manos. Ese es el patrón de nuestra resurrección, y es también el patrón del universo entero si leemos Romanos 8 comenzando con el versículo 18. [Dr. Vern S. Poythress]

Ciertamente los nuevos cielos y la nueva tierra serán radicalmente diferentes que estos cielos y tierra de la que somos parte. La maldición será removida, los efectos de la Caída ya no estarán, la mayoría de los cristianos tienden a tener una visión sobre- espiritualizada del cielo que no incluye los reales y físicos nuevos cielos y nueva tierra, en donde Dios no comienza desde cero, sino que él hace nuevo lo que ya está hecho. Restaura lo que trágicamente se perdió en la Caída. Y así habrá una gran continuidad entre lo que tenemos ahora y lo que es cierto en los nuevos cielos y la nueva tierra aun y que serán maravillosamente renovados. [Dr. K. Erik Thoennes]

Ahora que hemos examinado la introducción a Apocalipsis y las series de visiones celestiales de Juan, veamos la conclusión del libro en Apocalipsis 22:6 al 21.

Conclusión

Juan concluye el libro de Apocalipsis enfatizando los mensajes fundamentales que han sido repetidos a través de las visiones. Él enfatizó que las visiones que recibió eran dignas de confianza, porque le habían sido entregadas por el ángel del Señor. Él exhortó a sus lectores a perseverar en las obras de Dios a fin de recibir las grandes bendiciones en los cielos nuevos y tierra nueva. Y Juan también recordó a sus lectores que la consumación del reino de Dios y el juicio final están aun en el futuro. Así que por ahora, los cristianos deben perseverar fielmente, y los pecadores deben tomar la oportunidad de arrepentirse.

Apocalipsis es un mensaje eterno de Dios para su pueblo. Independientemente de nuestra perspectiva sobre los tiempos y cumplimientos de las visiones de Juan, todos los cristianos deberían concordar en que el libro de Apocalipsis es tan relevante hoy día como lo fue cuando Juan lo escribió. Nuestras circunstancias pueden ser diferentes, pero nuestro Dios no ha cambiado. Y los valores y perspectivas que Juan enseñó siguen siendo vinculantes hoy en día. Podemos alentarnos por la bondad de Dios en el pasado, presente y futuro. Podemos estar confiados en su amor por nosotros y su control sobre la historia. Y podemos responderle con fe ahora y por el resto de nuestra vida.

Habiendo discutido el propósito y los detalles del libro de Apocalipsis, estamos listos para dirigirnos a nuestro tercer tema importante: estrategias para la aplicación de Apocalipsis.

APLICACIÓN

Nuestra discusión de la aplicación moderna de Apocalipsis se dividirá en dos partes. Primero, describiremos y discutiremos cuatro estrategias comunes de aplicación del libro de Apocalipsis. Y segundo, sugeriremos una estrategia integrada que hace uso de elementos de las cuatro estrategias comunes. Observemos primero las cuatro estrategias comunes para la aplicación de Apocalipsis.

Estrategias Comunes

La primera cosa que debemos decir es que cada una de estas estrategias tiene algo muy útil que ofrecer, pero ninguna de ellas es enteramente suficiente por sí misma. La situación nos recuerda la vieja historia de los hombres ciegos y el elefante, donde cada hombre ciego describe la parte del elefante que tocó, pero ninguno describe a todo el elefante. Esta historia existe en diferentes versiones en diferentes culturas. Un hombre puede tocar la pierna del elefante y creer que el elefante es como un pilar. Otro puede tocar su oreja y creer que el elefante es como un ventilador de mano. Otro puede tocar su cola y pensar que el elefante es como una cuerda. Otro puede tocar su trompa y concluir que el elefante es como manguera de agua. Y así sucesivamente. Todos ellos están correctos en base a la medida de su evaluación, pero ninguno describió a todo el elefante. De manera similar, hay muchas estrategias populares e insuficientes para la interpretación del libro de Apocalipsis. Cada estrategia examina el simbolismo en Apocalipsis y lo decodifica de acuerdo a su propia perspectiva. Pero debido a que estas perspectivas son tan limitadas, cada punto de vista pierde la imagen completa y el significado completo que las visiones de Apocalipsis presenta.

Las cuatro estrategias comunes para la aplicación que estudiaremos en esta lección, pueden ser denominadas como preterismo, futurismo, historicismo e idealismo. Cada una de ellas difiere en cómo interpreta el período de tiempo que cubre el libro de Apocalipsis, y la manera en las que estas visiones son cumplidas.

Consideraremos los cuatro puntos de vista individualmente, comenzando con el preterismo.

Preterismo

La palabra "pretérito" se refiere a cosas que sucedieron en el pasado. En consecuencia, la estrategia del preterismo dice que:

La mayoría de las profecías en el libro de Apocalipsis fueron cumplidas en el pasado distante.

Una forma de preterismo dice que Apocalipsis fue escrito antes de la caída de Jerusalén en el año 70 d. C. y que la mayoría de sus profecías fueron cumplidas en ese tiempo. Otra sugiere que estas visiones fueron cumplidas en la caída del Imperio romano en el siglo quinto d. C.

El preterismo proporciona un positivo enfoque sobre la audiencia original de Juan. Muestra la importancia del conocimiento detallado de las siete iglesias en Apocalipsis 2 y 3. Nos recuerda la persecución real que estas iglesias experimentaron. Y hace conexiones temáticas entre los capítulos 2 y 3 y el resto del libro. El preterismo insiste correctamente en que Juan no solamente estaba escribiendo para las futuras generaciones, y que la preocupación de Cristo y la motivación de la audiencia original de Juan debería informar nuestra moderna aplicación del libro. La mayoría de las formas del preterismo entienden correctamente que los capítulos finales de Apocalipsis hablan acerca del futuro regreso de Cristo.

Podemos sacar muchas aplicaciones útiles de este enfoque de Apocalipsis. Por ejemplo, todavía puede enseñarnos acerca del carácter de Dios, y la manera en la que él justamente premia y castiga el mal. Esto puede ayudarnos a entender, a cómo responder a las crisis en el mundo, e incluso darnos esperanza en el futuro regreso de Cristo.

Pero a pesar de estas ideas tan valiosas el preterismo no provee una perspectiva completa de Apocalipsis. Por un lado, a menudo asume erróneamente que la literatura apocalíptica está escrita exclusivamente acerca de su propio tiempo, en lugar de un futuro distante. Pero la realidad es que numerosos pasajes apocalípticos en las Escrituras se refieren a futuros eventos distantes, incluyendo Daniel 7 al 12, Mateo 24, y 2 Tesalonicenses 1 y 2.

En forma similar el preterismo es muy estrecho en su interpretación de las declaraciones temporales como "el tiempo está cerca" en Apocalipsis 1:1 al 3, y otra vez al final de Apocalipsis en el 22:10. El preterismo insiste en que declaraciones como estas no se refieren a todo el período de tiempo entre la primera y la segunda venida de Cristo — a pesar de que el tiempo se encuentra "justo antes" del juicio final. Además, el preterismo normalmente no reconoce que esta línea de tiempo puede ser modificada por contingencias históricas. Como resultado, tiende a ignorar los cumplimientos en el futuro distante y a ver los cumplimientos sólo en el contexto de la audiencia original.

Por la naturaleza de su propia interpretación de Apocalipsis, el preterismo tiene poco que decir acerca del desarrollo del reino de Dios desde el primer siglo. No prepara a los cristianos a lo largo de la historia para los modos en que la mayoría de las profecías de Apocalipsis serán cumplidas en sus propias vidas. Ni siquiera crea una expectación de martirio continuo u oposición continua. En estas y otras maneras el preterismo no nos da toda la gama de aplicaciones que el libro de Apocalipsis tiene para ofrecer. Con este entendimiento del preterismo en mente, vayamos al.

Futurismo

Futurismo es el punto de vista de que:

Las visiones en Apocalipsis no comenzarán a cumplirse hasta la crisis final, inmediatamente antes de la segunda venida de Cristo.

Como el preterismo, el futurismo tiene ideas que compartir. Éste dice correctamente que Apocalipsis espera sobre todo el gran evento del regreso de Jesucristo. Podemos ver este tema central en pasajes como Apocalipsis 22:20.

El futurismo también ve correctamente el día futuro del juicio final, y la eventual restauración de toda la creación que es confirmada en otras partes de las Escrituras, como Romanos 8:19 al 25.

Estas interpretaciones pueden ser aplicadas en muchas maneras útiles. Ellas nos dan esperanza en el futuro regreso de Cristo, juicio, y renuevo de la creación. Y motivan a los cristianos en todas las épocas de la historia esperar este momento. Pero a pesar de estas valiosas contribuciones, el futurismo pasa por alto las formas en las que el libro de Apocalipsis habló a su audiencia original. De hecho, tiende a restar importancia a las aplicaciones de otras generaciones que no sean la última generación antes de que Cristo regrese — a pesar de que Juan mencionó siete iglesias antiguas por nombre y se dirigió a cada una de ellas específicamente. Sería difícil para las siete iglesias mencionadas en los capítulos 2 y 3, creer que este libro no fue escrito con su situación en mente. En este sentido, el futurismo tiende a hacer que el libro de Apocalipsis parezca muy irrelevante para la mayoría de las audiencias a través de la historia.

Ahora que hemos examinado el preterismo y el futurismo, observemos la tercer estrategia común de aplicación, que es llamada historicismo.

Historicismo

El historicismo asume que:

La visión de Apocalipsis ofrece una línea cronológica del curso de la historia de la iglesia, desde el primer siglo hasta la segunda venida de Cristo.

El historicismo típicamente dice que: Apocalipsis 2 al 12 relatan los eventos en los primeros siglos; los capítulos 13 al 17 relatan la reforma protestante; y los capítulos del 18 al 22 relatan los eventos que rodean la segunda venida.

El historicismo ofrece varias ideas valorables. Éste correctamente ve que Apocalipsis comienza con la situación de las siete iglesias, también asocia correctamente las últimas escenas de Apocalipsis con la segunda venida. Y correctamente señala que Apocalipsis se mueve hacia un clímax, un drama que se desarrolla mientras leemos a través del libro.

El historicismo reconoce que el libro de Apocalipsis está destinado a todas las iglesias de todos los tiempos. Esto nos motiva a perseverar hasta que Jesús regrese, y a afirmar que en ese tiempo el renovará los cielos y la tierra. Y esto nos recuerda que Dios está en control de la historia, y que su plan no fallará en completarse.

Pero el historicismo es problemático en otros sentidos. Por un lado, asume que todas las profecías de Apocalipsis son estrictamente cronológicas. Llena los vacíos entre la iglesia primitiva, la Reforma, y el regreso de Cristo, extendiendo una línea de tiempo desde el primer siglo hasta el último, y correlaciona las visiones entre los eventos de la historia de la iglesia.

Pero como vimos antes en esta lección, la estructura del libro de Apocalipsis no es estrictamente cronológica. Esto puede dar a los cristianos un falso sentido de dónde están en la historia redentora, algunas veces los inclina a un inapropiado pesimismo, y a veces a un inapropiado optimismo. Esto también puede producir un sentido de que no podemos apartarnos de la línea de tiempo percibida en Apocalipsis, como si nuestras propias acciones fueran incapaces de mover a Dios a la piedad o a la ira, e incapaces de cambiar el aparente curso de la historia.

Un segundo problema con el historicismo es su dependencia de la Reforma protestante como un punto principal de la historia mundial de la iglesia de Cristo.

El historicismo tiende a ignorar la iglesia global de Cristo, generalmente limitando las profecías de Juan a eventos del cristianismo occidental — y algunas veces aun más estrechamente a los eventos del cristianismo europeo. Esta orientación equivocadamente minimiza el rol de la iglesia en otras partes del mundo. Y esto puede ser muy desalentador. Puede causar que los creyentes piensen que sus acciones son insignificantes, y quitan un motivo importante para perseguir el crecimiento del reino de Dios en el mundo entero.

Habiendo observado el preterismo, futurismo e historicismo, dirijamos nuestra atención a la cuarta estrategia común de aplicación: el idealismo.

Idealismo

En lugar de decir que Apocalipsis describe los eventos de un período de tiempo u otro, el idealismo sostiene que:

Las escenas de Apocalipsis describen un patrón general de guerra espiritual, no eventos específicos o cronológicos.

Como las otras estrategias comunes, el idealismo provee algunas ideas valorables. Éste reconoce el arreglo temático de algunas profecías en el libro de Apocalipsis. Y remarca el hecho de que los métodos de Satanás son fundamentalmente consistentes a través de la historia, haciéndolos bastante predecibles.

El idealismo también tiende a reconocer el patrón general del Nuevo Testamento de la escatología inaugural que discutimos anteriormente en esta serie. Y enfatiza la aplicación de Apocalipsis a nuestra situación moderna generalizando más allá de las circunstancias particulares del primer siglo y de la crisis final. Estas ideas incrementan nuestra habilidad para leer y para usar Apocalipsis como Juan lo pretendía.

Nos ayudan a enfocarnos en el carácter de Dios, y en la naturaleza de sus relaciones con el mundo. Nos preparan para vivir para él en todos los períodos de la historia, y para esperar el eventual regreso de Cristo.

Pero el idealismo también tiene atajos. Tal vez el más obvio es que no logra relacionar ninguno de los símbolos de Apocalipsis con los eventos históricos. Por lo menos, la audiencia original de Juan necesitaba su Apocalipsis para ayudarles a descubrir el significado de los eventos que tomaron lugar en su tiempo. Y el libro de Apocalipsis fue explícitamente diseñado para proveer este tipo de conocimiento, afirmando varias veces que Dios le reveló a Juan una manera de entender "lo que pronto tomará lugar," vemos esto en el comienzo del libro, en Apocalipsis 1:1, así como cerca del final en el 22:6. Y como leemos en Apocalipsis 22:6.

Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. (Apocalipsis 22:6)

Versículos como estos deberían aclarar que el libro de Apocalipsis está directamente relacionado con muchos eventos reales que toman lugar en el mundo natural. Pero el idealismo nos disuade de elaborar este tipo de aplicaciones legítimas para estos pasajes.

Ahora que hemos observado las cuatro estrategias comunes para la interpretación y aplicación del libro de Apocalipsis a la vida moderna, estamos listos para sugerir una estrategia integrada.

Estrategia Integrada

Nuestra estrategia integrada comienza reconociendo que el preterismo, el futurismo, el historicismo, y el idealismo, todos hacen una valiosa contribución para nuestro entendimiento del moderno impacto de Apocalipsis. Así que, en lugar de descartar estas estrategias, nuestra estrategia integrada combina las valorables ideas de cada una de estas perspectivas, mientras que al mismo tiempo evita sus atajos.

Estamos de acuerdo con el preterismo en que las profecías de Apocalipsis eran relevantes para las siete iglesias de Asia Menor que recibieron primero el libro. Pero también estamos de acuerdo con el futurismo de que algunas de las profecías de Apocalipsis hablaron acerca de los eventos que rodean el regreso de Cristo y el juicio final. Y estamos de acuerdo con el historicismo en que Dios controla toda la historia, moviéndola hacia un clímax en el regreso de Cristo. Y estamos de acuerdo con el idealismo, de que las fuerzas satánicas del mal simbolizadas en el libro de Apocalipsis todavía nos tientan a comprometer nuestra fe.

Podríamos resumir la estrategia integrada para la aplicación, como un conjunto de dos partes o etapas. Primero, usamos todos los medios posibles para discernir principios y verdades en el libro de Apocalipsis. Estas pueden ser verdades acerca del carácter de Dios, verdades acerca de su interacción con el mundo, verdades acerca de nuestras obligaciones delante de él, verdades acerca del curso de la historia, o cualquier otra cosa más que Juan enseñó en el libro de Apocalipsis. Y segundo, buscamos similitudes entre las circunstancias de la audiencia original de Juan y las circunstancias de nuestras propias vidas. Y estos paralelismos guían nuestra aplicación.

El primer paso de los principios de discernimiento y las verdades en Apocalipsis pueden ser muy complejos, ya que el libro enseña muchas ideas. Por lo tanto, nos sería de ayuda mencionar algunos de los temas importantes que Juan enfatiza. Estos temas son fáciles de aplicar a la vida moderna de manera relevante. Por ejemplo, podemos ver el hecho de que la vida, muerte, resurrección y reino celestial de Cristo lo hacen digno de toda adoración.

Podemos también enfocarnos en la idea de que la victoria completa de Cristo sobre el mal es cierta, y que su reino nunca acabará. Podemos sostenernos en contra de las fuerzas satánicas que obran en este mundo y que tratan de engañarnos para que las adoremos, sabiendo que ellas esclavizan y maldicen a sus seguidores más que bendecirlos. Y podemos recordar que aquellos que son fieles a Cristo en esta vida recibirán una recompensa gloriosa en la próxima vida.

Podemos ser motivados a perseverar en dificultades, sabiendo que la persecución que soportamos palidece en comparación con la ira de Dios en contra de sus enemigos. Podemos ser confortados en el hecho de que el pueblo fiel de Dios será protegido de su terrible juicio. Y podemos sacar esperanza al saber que un día el curso del pecado será erradicado de este mundo, y Dios morará con su pueblo en perfecta paz y justicia. Y mientras tanto, podemos estar seguros de que Dios bendecirá el testimonio constante de la iglesia, y que él usara esto para traer más gente a la fe en él.

El segundo paso de encontrar similitudes entre la audiencia original de Juan y la audiencia actual, también puede ser complejo, ya que hay muchos detalles que considerar. Por lo tanto puede ser de ayuda tener una estrategia responsable para hacer estas conexiones.

Hay interesantes similitudes entre el Imperio Romano y el mundo moderno, lo que nos permite aplicar las lecciones de Apocalipsis a la vida moderna. La más significante, creo, es que se tiene una situación en el primer siglo donde hay una fuerza de gobierno hostil, que se opone a la iglesia. La iglesia es una secta desviada dentro de una amplia sociedad que es rutinariamente oprimida por el gobierno. Eso, creo, es la común experiencia de muchos cristianos en el mundo de hoy y cada vez será más común en el Occidente en el próximo siglo. Por lo tanto, la lección del libro de Apocalipsis, de que la promesa de Mateo capítulo 16 versículo 18 que la iglesia va a prevalecer, que la iglesia es el significado de la historia en última instancia — esa lección del libro de Apocalipsis es algo que será cada vez más relevante para la iglesia que se ve a sí misma marginada y empujada a la periferia de la sociedad. [Dr. Carl R. Trueman]

Creo que a pesar de que actualmente nos separan dos mil años del mundo del libro de Apocalipsis y su escrito inicial, realmente existen similitudes entre el Imperio romano de esa época y esta era actual. Entre ellos, el hecho de que en ambos casos hay cosas sucediendo en una población muy diversa. Hay tensiones internas y polaridades sorprendentes entre los muy ricos y los muy pobres, los privilegiados y los menos, los marginados. Hay grandes movimientos, a pesar de que hay grandes elementos estáticos, tremendos movimientos en el primer siglo, gente en movimiento, viajeros, comerciantes. Gente voluntariamente a veces por desesperación terminaba en sitios muy diferentes al del lugar de su nacimiento. Hay muchas dimensiones sociales y dimensiones lingüísticas que nos hablan a nosotros. [Dr. James D. Smith III]

Además de la multitud de pequeñas similitudes que podemos encontrar entre nosotros y la audiencia original de Juan, hay por lo menos tres importantes similitudes que pueden ayudar a guiar nuestra aplicación. Primero, el mismo Dios que gobernó la creación en el primer siglo continúa gobernando el mundo de hoy. Él sigue controlando la historia, sigue protegiendo a su pueblo. Sigue respondiendo oraciones. Y sigue mereciendo nuestra lealtad, agradecimiento y adoración. Segundo, el mismo mundo caído y pecador que turbó a las iglesias en Asia Menor, continua perturbando a los cristianos de hoy. Seguimos enfrentando fuerzas espirituales de maldad. Seguimos sufriendo dificultades causadas por eventos de la naturaleza. Seguimos peleando contra la enfermedad y el hambre. Y tercero, también seguimos siendo los mismos seres humanos. Seguimos siendo pecadores que necesitan redención, sanidad y una relación restaurada con Dios. Similitudes como estas hacen el libro de Apocalipsis tan relevante hoy día como lo fue en el primer siglo.

En muchas diferentes maneras, el libro de Apocalipsis nos da esperanza a todos los cristianos de todas las épocas. Su mensaje es eterno, siempre relevante, y tan poderoso para nosotros como lo fue para las siete iglesias en Asia Menor. Apocalipsis puede motivarnos a mantenernos fieles a Cristo en cada circunstancia. Y puede darnos una esperanza para el futuro. No importa que tan mal a veces parezcan nuestras vidas, realmente estamos en el lado ganador. Y esta esperanza puede sostenernos, porque nosotros sabemos que un día, Cristo regresará para bendecirnos como los herederos y gobernantes de su perfecta y eterna nueva creación.

CONCLUSIÓN

En esta lección, hemos examinado el propósito del libro de Apocalipsis en términos de sus ofrecimientos de bendición y amenazas de maldición, hemos estudiado los detalles de su contenido; y hemos considerado su aplicación moderna observando algunas estrategias comunes, y una estrategia integrada de aplicación.

En esta lección, hemos visto que Apocalipsis nos asegura la victoria final de Dios, motiva nuestra perseverancia, e incrementa nuestro anhelo del regreso de Cristo. Nuestra bendición futura es cierta. Y nos da consolación y determinación cuando somos tentados o perseguidos. Dios nunca pretendió que este libro dividiera a los cristianos con diferencias teológicas. Él quería animar a cada creyente en cada época a vivir en fiel obediencia a él, y a esperar el regreso glorioso de nuestro Salvador, Jesucristo.